jueves, 2 de mayo de 2013

DEL DIF A LA COMPETENCIA



Algunos editorialistas identificados con el oficialismo, o al menos, oficiosos, han puesto en la mira de las candidaturas a la Sra. María Helena Hernández, esposa del gobernador. Habría que ver de dónde vienen las informaciones pero de donde vengan, flaco favor le hacen a quien, seguramente está ocupada en otras cosas.

Si provienen del medio oficial y de alguna manera pretenden sondear el terreno para una posible candidatura, especialmente en lo que se refiere a la gubernatura del estado, tendrán que cargar con la responsabilidad de poner en punto de mira, en la competencia política y sus veleidades a quien lleva a cabo un trabajo humanitario, nunca cuestionado. Sin embargo, una vez que se ha penetrado  en las peripecias de la competencia, de las cloacas o del oropel –según el caso-  que, naturalmente inunda el mundillo político, no hay manera de salir indemne.

Si los tales escribidores oficiosos desean quedar bien, que se sepa en allá en alto que le ven a la señora cualidades para ocupar el puesto de su esposo; que el tal tinterillo, en sus profundos análisis políticos ha llegado a la conclusión que la Sra. Helena ha demostrado capacidad para llevar en sus hombros la responsabilidad de conducir con sapiencia y sensibilidad los destinos de un estado, no es más que una opinión personal –con tesis y antítesis- como todas las doxas y quizás, hasta un aumento en los estipendios y consideraciones al desarrollador de tan fausta opinión.

Sin embargo, a como está –y como se va a poner- el caldero de las pretensiones políticas dentro de un año, cuando ya solo falte otro más para que se termine el minisexenio, la formación de candidaturas por los partidos sufrirán el síndrome del chivo en una cristalería y en el PAN, donde presuntamente la Sra. Helena habría de lanzar su candidatura, hay pretensos cuyas ambiciones bien podrían figurar en la Historia Universal de la Infamia.

Por lo pronto con o sin intención del oficialismo; con o sin los permisos de la involucrada para explorar una posible candidatura; con o sin la intención –por demás legítima- de continuar en el servicio a los sudcalifornaianos desde otra trinchera –pero en El Caimancito remodelado- la Sra Helena tendrá que salir –cualquier día- a desmentir o a afirmar sus deseos en materia política.

Hay el riesgo que lo que podría ser un buscapiés de oficioso periodista, lo que debería ser un elogio a su actividad al frente del DIF, se convierta en una charada y en carne para los leones del circo romano que es la política y sus vaivenes.

Convertir a la Primera Dama del estado en competidora política la convierte en un blanco fácil. Se recuerda al respecto el caso de Martha –Martita para los íntimos- de Fox quien a mediados del sexenio empezó a abrigar esperanzas de suceder al presidente esposo, el propio presidente alimentó la especie y no faltó quien, desde la comentocracia, impulsó los deseos de la aquella primera dama que sintió que la virgen le hablaba, así también aparecieron las críticas, las diatribas y escarnios desde varios frentes, de los amigos y de los enemigos, obviamente porque se pretende llenar un espacio, hacerse un lugarcito que otro u otros también pretenden. Entonces, la primera dama, que se caracteriza por hacer un trabajo honorario, humanitario y de buena voluntad, la parte solidaria del régimen, se convierte en un político más, en busca de una posición que otros desean, así, entra en la lucha política y en caso de la Sra. Helena, a dos  años de terminar su responsabilidad al frente del DIF, se vería involucrada en asuntos de nada tienen que ver con su actual responsabilidad.

Si la actual presidenta del DIF y alma del programa “Valores Sudcalifornianos, abriga esperanzas en ese sentido, ya se sabrá a su tiempo y se habrán de hacer los movimientos necesarios y en el tiempo que considere prudente. En estos momentos parecería demasiado pronto y parece más obra de desmañanados que en nada favorecen la función que lleva a cabo, es decir, la cara amable del gobierno.

(publicado en el periódico digital octavo dia)

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