lunes, 21 de diciembre de 2009

ES EL OCIO

Que el gobierno federal -con todos los problemones que tiene para resolver- se ocupe en cambiarle el nombre a una isla en el Mar de Cortés, no solo es absurdo, es ridículo, grotesco, esperpéntico.

Con todo el avispero que despertaron con el narco, a la Liga de la Decencia comandada por Calderón, como todos sabemos o intuímos -al menos- se le hizo bola el engrudo. Como al violinista mulegino que no le encontraba el "tan-tan" a la canción, se convirtió en asunto sin fin; la nota roja es un parte de guerra; baste hojear -es un decir- los periódicos internacionales y la únicas notas de México están escritas con el rojo sangre de la violencia callejera, con frecuencia indiscriminada. El quid de todo está en seguirle la pista al dinero, dicen los enterados, pero Felipillo ý el opus dei se encontrarían con muchos amigos y compañeritos dadivosos en las campañas panistas en ese camino del blanqueo y limpieza de morlacos; de muchos patrimonios, en apariencia decentes y de buenas familias.

Con reformas que no caminan: ni la laboral, ni la del estado, ni la fiscal; sin rumbo económico y con un gobierno de cuates a cual mas de todos mas ineficiente. Con un gobierno que depende del PRI –de Beltrones, de Paredes, de Gamboa ¡puchi!- para todos sus movimientos. Entregado al capital, a la Gordillo, a Televisa y al episcopado. Con promesas de campaña de empleo, de disminuir impuestos, de combate a la pobreza sometidas el mundo del revés, Felipillo nos salió mas obtuso de lo que parecía.

Con todo eso, no hay gobierno posible. Entonces el ocio invade la administración de Calderón.

Ese gobierno que hoy patea la lata, se extrae los mocos y los hace bolitas, se saca pelusa del ombligo, teje y desteje como la morra de Ulises, no le queda otra que churir los ojos y mirar lejos, pues en una de esas, para congraciarse con algún dignatario francés, para pedir perdón –quizás- por la cárcel de Florence, por el fusilamiento de Maximiliano, por la madriza de Zaragoza y zacapoaxtlas que lo acompañaron, por la tumba de Porfirio, por la muerte de Jean-Baptiste Chappe D' Auteroche en San José del Cabo, por la mexicana miada a la tumba del soldado desconocido, por lo que sea, alguien, alguno de sus compas de la prepa -de esos ocurrentes que nunca faltan- oteando el mapa, mientras mareaba un moco entre indice y pulgar, tuvo una ocurrencia: cambiarle el nombre a la Isla de Cerralvo por la de el marinero e investigador Jacques Costeau.

Un plumazo y al otro día los babisuris ya son orgullosos habitantes de la Isla Costeau

Lo que hace el ocio ¿no?. ¡Adió!

miércoles, 18 de noviembre de 2009

LEONEL COTA; EL REGRESO

Introducción. Después de un lapso de silencio, vuelve Leonel Cota a la previsible actividad política. Después de dejar la gubernatura de Baja California Sur, Cota Montaño, como se sabe, incursionó como uno de los hombres, más cercanos a Manuel Andrés López Obrador y por poco, por muy poco, al frente del PRD, lo lleva a la presidencia de la república.

Aunque se quedaron en la orilla, por un supuesto fraude a cargo de los poderes fácticos, nunca el PRD había llevado a cabo una elección tan exitosa, tanto, que del histórico 12 %, el partido de la Revolución Democrática llegó a un poco menos de 40% con muchas curules en el congreso que lo convirtió en la segunda fuerza política, sin duda, a causa de los fervores que levantó en su momento la personalidad de López Obrador.

A Leonel Cota le tocó, ese 2006, procesar el conflicto postelectoral, brete tras brete en el que el ex candidato presidencial metió al partido y en la petición de voto por voto, casilla por casilla, protestas, plantones, marchas; muchas de las cuales molestaron a la ciudadanía y el partido empezó a perder popularidad de una manera acelerada.
El acabose fue cuando se llegó el momento de renovar la dirigencia del partido y se enfrentaron dos grupos antagónicos al mando de Jesús Ortega y Alejandro Encinas. Las elecciones resultaron ser un verdadero fiasco: triquiñuelas, embustes, simulaciones. El partido que exigía elecciones limpias y acusaba fraude, no podía llevar en paz una elección interna; las comisiones perredistas que organizaron la elección no pudieron con el paquete, renunciaron y embrollaron aun mas el asunto. Las cosas llegaron hasta el Tribunal Federal, mismo que había sido desdeñado por el PRD como garante moral de las elecciones en México. Contradicciones de alto costo político hicieron rodar cuesta abajo al PRD.

En medio de este barullo Leonel Cota decide renunciar y dejar el patido a la deriva. Finalmente, como sabemos, el Tribunal da el triunfo a Jesús Ortega mientras los lopezobradoristas se quedan rumiando su desencanto, entre ellos, el propio Leonel Cota.

Después del PRD Nacional. Vienen meses de silencio, Leonel Cota mantiene un trato respetuoso con el gobierno de Narciso Agúndez. Nada se le puede reprochar. Aparece poco en la elección de su hermana Rosa Delia a la alcaldía de La Paz. Sin embargo, medios poco afectos a la familia Cota Montaño, inician una escalada de desprestigio y se acusa a ciertos funcionarios de deslealtad.

Es en la víspera de las elecciones intermedias, cuando se realizan las listas de candidatos a diputados que el nombre de Leonel Cota suena como candidato plurinominal. Con el PRD en manos de los Chuchos, la inclusión de Cota Montaño se encuentra con dificultades y rechaza el tercer lugar de la primera circunscripción, mientras al General Francisco Armando Meza Castro, le reservan la primera, una burla para el exgobernador y expresidente del partido y una razón suficiente para montar en cólera y acusar de falta de apoyo a los antiguos leales como el gobernador Narciso Agúndez, candidatos a diputados y dirigentes del PRD en BCS.

Con su historial, con su capacidad política, a Cota Montaño tendrían que ofrecerle una posición plurinominal segura. Le ofrecían un riesgo que no deseó tomar y se retiró. Ni el PRD local, ni los leales de otro tiempo, mucho menos el gobernador, al parecer, hicieron esfuerzos en impedir la injusticia que se cernía sobre Leonel Cota

El Regreso. Con este talante vuelve Leonel y de forma estruendosa da a conocer la formación del Frente Democrático Sudcliforniano, rodeado de sus mas cercanos tomó el centro de la escena e inició un discurso que revela no solo sus intenciones, sino sus personalidad y su sentido de trascendencia. En ese discurso de apertura, se escucha a un Leonel tronante, como Júpiter, como Jehová contra quienes quemaban incienso a “El becerro de oro” después de haberles enseñado el camino de la verdad.

Según el exgobernador, hizo un gobierno modelo, dejó las cosas muy bien, en orden y trabajando cuando abandonó el estado en pos de otras glorias. Después de librar combates en las grandes ligas; después de guerrear contra la reacción, contra la derecha neoliberal; después de múltiples sacrificios y mortificaciones regresa y encuentra desordenado el cotarro. El guerrero encuentra que su legado se ha perdido; su herencia política abandonada, su doctrina olvidada, sus métodos echados a la basura, sus lecciones han sido tergiversadas. Todas las enseñanzas, sus ejemplos han sido objeto de desviaciones. Con eso se encontró el héroe cuando regresó a la tierra de sus desvelos.

Leonel entonces comprende que no los puede dejar solos y así la emprende contra funcionarios que se enriquecen en su cargo, invasores de terrenos, negociantes en el gobierno, prototipos del mercadismo –esa gran corriente política- desleales, traidores, mediocres, ladrones, en suma, los vendedores en el templo. Leonel viene a salvarlos de ellos mismos, quizás a salvarnos a todos.
La tomó en contra de funcionarios: “tampoco queremos que se repita la misma historia, de políticos en las alturas, mediocres, ladrones” y después: “podemos equivocarnos una vez, pero quien se equivoca dos veces…”. Palabras ambiguas, merecedoras de una hermenéutica política cuyas revelaciones mesiánicas pondrán a cada quien en su lugar. Muchos entendimos que el asunto era contra Narciso Agúndez, quien sabe.

Los objetivos del Frente. El FDS revive a las organizaciones parapartidistas que se unieron al PRD en 1999 para derrocar al PRI. No tiene otra función que influir en la vida política de Sudcalifornia en cuanto a seleccionar a los candidatos que deberán dar la batalla en 2011. No está afiliado a ningún partido político. Al parecer, la idea de Leonel es aglutinar una gran cantidad de posibles votantes alrededor de un candidato. ¿de cual candidato?, sería la pregunta siguiente.
Leonel lo aclara en su discurso: “No vengo a promover a ningún candidato o candidata, ustedes los van a proponer y van a decidir como se hizo en 1999 y en el 2005, como hemos decidido en la historia política del estado en los últimos 10 años”. Es decir, la responsabilidad es de esa entidad tan socorrida por los políticos, el llamado “pueblo”. Una entidad fantasmagórica, ubicua, tan ad hoc para la demagogia, un ente sumamente manipulable. Seguramente no faltó el colofón de “el pueblo nunca se equivoca”, otro de los axiomas del sofismo.

Según el reportaje que el periodista Raymundo León publicara en la Revista Análisis –noviembre 2009, pag 10-11- el FDS nace con una afiliación de 7 mil militantes, pero la meta es llegar a 50 mil a finales del 2010. Si esto se llega a cumplir, el FDS funcionará como un partido político y será la joya que todo partido político querrá, pues el triunfo de su candidato será seguro.

Sin demasiados romances con el PRD, Leonel Cota ha seguido el mismo sendero de su mentor López Obrador: culpa de colaboracionista a la dirigencia actual del PRD, por lo tanto busca refugio en la “izquierda” representada por el PT y Convergencia. De hecho, en la tarima de la cancha Gómez Jiménez, donde se realizó el acto de fundación del FDS, se encontraban tanto dirigentes del PT como de Convergencia, seguramente los partidos con los que dará la lucha contra el candidato de Narciso Agúndez, por el PRD.



Por lo pronto, Leonel trata de convertir el Frente en un tesoro que se disputen todos los partidos. Una vez que el Frente tenga la fuerza planeada de 50 mil afiliados y, si todo sale bien, ahí es cuando “el pueblo” va a decidirse por Rosa Delia Cota Montaño en una elección interna. Ya lo dijo Leonel “igual que en 1999, igual que en el 2005” .

La otra cara de la moneda. Por lo pronto, en su regreso, Leonel Cota ha mostrado músculo. Sin embargo, funcionarios del gobierno de Agúndez no se vieron en el estrado; pocos diputados locales, ninguno federal; ningún presidente municipal, solo un delegado. Habrá que ver su capacidad para aglutinar una mayor cantidad de militantes, de mantener el control y de llevar a cabo sus planes.

Tiene en contra, el estatus de exgobernador, al gobernador, la división del PRD, el peligro de nepotismo por Rosa Delia y el efecto Kirchner.

Ex gobernador. Fenómeno que padecen todos los exgobernantes del mundo. Tal estatus es el caso de quien una vez gobernante, se retira porque ya ha conseguido su aspiración política máxima y guarda respetuoso silencio. Solo aparece en actos selectivos, acepta puestos honorarios y rechaza dar opiniones a los medios. A cambio, empiezan a aparecer por aquí y por allá, revelaciones, chismes y comentarios que no se atrevieron a salir mientras el presunto estaba en el poder. El presunto calla y soporta estoicamente su ostracismo.

Obviamente no es el caso de Leonel. Aunque su imagen ha sufrido un deterioro ostensible, su capacidad política es indudable, sin embargo, tiene en contra al propio gobernador y el gobierno, rencores y disidencias acumuladas desde el 99, el capital político de AMLO en picada, un PRD dividido y la idea general de que su deseo es colocar a Rosa Delia Cota en la gubernatura, quizás, su mayor desventaja.





El fenómeno del ex gobernante alcanza también a Agúndez, la natural tendencia a buscar en su relevo a un leal, es muy probable que no coincida con Leonel Cota. En el escenario de constitución de el FDS, al final del acto, un poco antes de caer el telón, Leonel, como un actor que ha debutado con éxito, se presenta ante el respetable que lo ovaciona, entonces comparte, como primer actor, con el resto de compañeros el aplauso y es Rosa Delia quien se encuentra a su izquierda y a quien Leonel levanta la mano. Un digno final de la obra y un mensaje que quiera que no, es, por obvio, revelador.

Por más derecho, experiencia y valor propio que pudiera tener Rosa Delia Cota, el elector rechaza la eternización de una familia en el poder, además habrá que ver cuáles son las percepciones populares acerca del gobierno municipal que encabeza en la actualidad.
Rosa Delia ha sido factor de desacuerdos en el PRD, con ciertas contradicciones con el gobernador y con el diputado federal Víctor M. Castro, el mismo Leonel Cota, no es un factor de armonía; su discurso tronante, acusativo, bronco y buscapleitos no fue una pieza de oratoria plácida y armónica; no tiende a los consensos, a la reconciliación. Está en pie de lucha y eso, siempre provoca divisiones, además de las múltiples disputas de corrientes y tendencias que han desfondado el PRD. Una división mas del grupo en el poder, es posible que no les alcance para ganar una elección.

El efecto Kirchner. Como bien sabe el enterado lector, en la Argentina, el gobierno próximo pasado lo ejerció Néstor Kirchner, su esposa Cristina Fernández, que era senadora pasó a ser candidata y actualmente gobierna la república. Nadie, ni los mas fieles seguidores del matrimonio piensa que gobierna Cristina, ante casi todo el mundo, quien ejerce el poder es Néstor.

Si el candidato que salga del FDS llega la gubernatura, sufrirá, seguramente, el efecto Kirchner. Nadie en su sano juicio creerá que puede erigir un gobierno autónomo, mucho menos, si es Rosa Delia la afortunada. Leonel Cota será una sombra, se convertirá en el hombre fuerte, el que está detrás del trono y el gobernador, quien sea, será solo un hombre de paja, un esperpento. Aunque si es Rosa Delia, todo quedará en familia. Una apuesta arriesgada, de gente que sabe de apuestas y la apuesta de Leonel Cota es la de convertirse en el gran elector, único objetivo del FDS.

viernes, 23 de octubre de 2009

CUATRO OVEJITAS (se columpiaban...)

Así encabeza El Universal una nota de hoy:

"Cuba publica testimonios de isleños deportados de México
Granma,
el diario oficial del gobierno de Castro, cita a la prensa mexicana para afirmar que la mafia de Miami controla el paso de indocumentados en territorio mexicano"


Como se puede ver, a los pobres cubanos que el gobierno mexicano regresó, tuvieron que decir –¿bajo tortura? No que va- de manera voluntario que fue un error, que no lo volverán a hacer, que el mundo fuera de Cuba es una mierda y que el sueño americano –en México- es terrorífico”

Agrega El Universal, al final de la nota:

"Miles de cubanos indocumentados pasan por México cada año con el objetivo de llegar a Estados Unidos, en su mayoría utilizando a las mafias que los sacan de la isla por mar.
México y Cuba firmaron en 2008 un acuerdo para repatriar a los inmigrantes de cada país que entren ilegalmente al otro".
La pregunta es: ¿a quién se le ocurrió este tratado? ¿hay mexicanos que desean fervientemente entrar ilegalmente a Cuba? ¿Alguien de México quiere quedarse a vivir en Cuba?... ni los fervorosos de la Revolución Cubana, ni los adoradores de Fidel.
¿¡ay! La cancillería mexicana siempre tan lúcida, tan asertiva

martes, 20 de octubre de 2009

TRES OVEJITAS (se columpiaban...)


Reiteradamente en la Cámara de Diputados, los partidos de izquierda han señalado que la miscelánea fiscal, iniciativa del ejecutivo, que pretende corregir las finanzas pública mediante el aumento de impuestos, obviamente, a la clase media, a los contribuyentes cautivos, en cambio, hay regímenes especiales para que grandes empresas paguen impuestos mínimos, en otros, ni un cinco.

El Peje lo viene diciendo hace mucho tiempo. Hay empresarios ricos, muy ricos que no pagan impuestos.

Nadie a dicho, hasta este momento, cuales son esas empresas.

Sería muy bueno saberlo, que los diputados, que El Peje las señale con su flamígero y certero índice, porque si el gobierno por contubernio, por corrupción, por intereses inconfesables, por miedo, por lo que sea, no cobra los sagrados impuestos, los ciudadanos podríamos intentar evitar el consumo de los productos de tales empresas.

¡Boicot ciudadano contra las empresas que no cooperan con el erario!
Pero ... ¿cuales son?

sábado, 17 de octubre de 2009

EL GENERAL MEZA CASTRO: ¿ WHO´S HE?

Hay un diputado del PRD del tipo de los plurinominales, perteneciente a nuestra demarcación, que ni los perredistas más conspicuos de Baja California Sur saben bien a bien quien es, que hace y porqué el Comité Central del PRD lo nominó: El General Francisco Armando Meza Castro, oriundo de La Paz BCS. La búsqueda en Google revela tan poco de su pasado como de su presente, mucho menos las razones del PRD para nominar a un general del ejército como candidato primero, ahora diputado. Con la información disponible en internet es aún mas difícil tratar de comprender las razones del PRD, un partido de izquierda -se supone- para llevarlo a la Cámara de Diputados.

Según tales informaciones, el general ha ocupado un lugar que pertenecería a Leonel Cota Montaño, un activo mucho mas importante para el PRD que el General Meza Castro. La posición plurinominal, que el comité del PRD no aceptó mejorar a Leonel Cota, finalmente la ocupó el general como candidato externo.




Los merecimientos de Leonel son obvios frente a los del General Meza Castro a quien no se conoce ni siquiera como simpatizante del PRD, mucho menos como miembro del partido. Tampoco se le conocen ideas con tendencias hacia la izquierda, quizás por su filiación militar, por sus actividades en el gabinete calderonista, se podría pensar que el General está muy lejos de profesar ideas de izquierda, al menos, progresistas.

Biografía. En su biografía se cuenta que se recibió en el Colegio Militar y en su servicio al ejército fue agregado en la embajada de Inglaterra y otros puestos de importancia en la Defensa Nacional.

También se le encomendó combatir el narcotráfico en el sureste, especialmente en Yucatán, al parecer se enfrentó a Los Zetas y al Cártel del Golfo. Entre sus últimos encargos fue Comandante de la Región Militar perteneciente a Tabasco y participó con el Plan de socorro y rescate del ejército en las tremendas inundaciones del 2007, donde parece que fue fichado por el poder ejecutivo. En marzo de 2008 recibe el nombramiento de subsecretario de la Defensa Nacional y en marzo del 2009 deja el cargo a causa de la edad de retiro.

El General Meza Castro no sufrió de desempleo porque en mayo del 2009, la avanzada del PRD encabezada por Graco Ramírez llegaba a La Paz para anunciar que el General Meza Castro se incorporaba como candidato plurinominal: “es un orgullo para el PRD” y agregaba “El general Meza Castro acaba de terminar su cargo de subsecretario de la Defensa Nacional y ha tenido una brillante trayectoria dentro de las Fuerzas Armadas de nuestro país".

Aunque el Senador Graco Ramírez acudió a La Paz a preparar la gira que próximamente efectuaría Jesús Ortega, Presidente del PRD, daba la impresión que su misión mas bien era revelarles a los perredistas sudcas que el lugar tercero de la primera circunscripción ya estba ocupado, que Leonel no la aceptó y allá él; que era innecesario que se alborotaran porque el General paceños –para orgullo de los sudcas- era inamovible en el puesto.

Las reacciones. Aunque no levantó demasiado ruido, la postulación del general paceño, a algunos analistas nacionales les extrañó el movimiento del PRD, López Dóriga, por ejemplo, escribía en Milenio un artículo titulado “Un general de verdad en el PRD”:… el Consejo Nacional del PRD dio a conocer que había designado como su candidato a diputado federal al recién ex subsecretario de la Defensa Nacional, lo que tuvo que ser previa consulta y aprobación del general secretario Guillermo Galván Galván y, si me apresuran, del mismo presidente de la república, quienes dieron el visto bueno, pues de lo contrario jamás habría dado ese paso; ir a la Cámara de Diputados y por el PRD”.



No hubo reacciones ostensibles de las corrientes perredistas como cabía esperar puesto que en cualquier partido, esas posiciones son fuertemente peleadas. El desparpajo con el que el PRD se enfrasca en luchas internas, no alcanzó al General Meza Castro. Al parecer, el perredismo, en su conjunto, aceptó de buena gana y si no, al menos nadie mostró descontento, ni siquiera una crítica a la decisión de su partido.

El ejército y la izquierda. No ha sido una relación feliz la que han tenido, a lo largo de su existencia, la izquierda y las fuerzas del orden, han sido mas bien, como el agua y el aceite. Por su naturaleza rebelde, la izquierda ha tenido que vérsela con el ejército mas de una vez.
En México tenemos, en el pasado reciente una de las experiencias mas traumáticas que sociedad alguna pueda tener, el Movimiento Estudiantil de 1968 que fue masacrado el 2 de octubre en los multifamiliares de Tlatelolco, precisamente por el ejército. La masacre, como se sabe, constituye un hito por sus consecuencias en la historia moderna del país.



Posteriormente, el ejército mexicano participó en la llamada “guerra sucia” contra movimientos guerrilleros como los de Genaro Vázquez, primero y Lucio Cabañas, después.
Para la izquierda, la capacidad de violencia del ejército, siempre ha estado puesta a la orden de los poderosos, de los ricachones, del gobierno.

La historia reciente de los ejércitos de Latinoamérica ha estado llena de golpes de estado, con juntas militares a las órdenes de poderes fácticos. Muchos de ellas, después se sabría, comandadas por organismos como la CIA (En Chile), trasnacionales (Argentina, Venezuela, Colombia, etc) con quienes las cúpulas del ejército se han aliado en contra del comunismo, del ateísmo, de los masones o a favor de la soberanía o de cualquier fantasma conveniente.

Diputado de partido. En otras democracias, a los plurinominales les llaman “diputados de partido” es una figura que nace de la necesidad de tener diputados expertos en especialidades -economía, política fiscal, medicina, relaciones exteriores, etc- que el partido precisa para sus iniciativas de ley. Muchos de tales expertos serían incapaces de ganar una elección porque no son populares, porque no tienen el talante para emprender una campaña, besar chamaquitos mugrosos o por lo que sea. Solo que los partidos, desde luego, no los usan de esa manera, sino para pagar cuotas a los diversos sectores del partido.



El general Meza Castro, en cambio, parece ser uno de ellos. Un auténtico diputado de partido porque no pertenece a corriente alguna, porque no tiene antecedentes políticos, ni siquiera se le conoce una opinión. El general ha vivido –toda la vida- dentro del ejército, una institución tan cerrada que cuesta creer que tenga opiniones propias.

Según sus antecedentes, el general es experto en el combate al narcotráfico, quizás en seguridad. Habría que preguntarse, si el PRD dentro de sus planes parlamentarios, prepara iniciativas tan importantes como para ocupar un lugar plurinominal que las tribus perredistas pugnan con singular entusiasmo.

Otra de las especialidades del general es la organización y la logística. Una habilidad que desarrollan los altos mandos del ejército, importantísima en tiempos de desastres, de crisis de la vida civil. Al menos que en el PRD estén pensando en un cataclismo o en el agravamiento del estado de cosas actual o en una logística que el general pueda dirigir en los plantones y las tomas de tribuna.

Otra posibilidad de actividad cameral es la adecuación de leyes para el papel que actualmente juega el ejército. Aunque le correspondería al partido del presidente, conseguir la curul respectiva para que los militares impulsen leyes que los beneficien.

De general a diputado. Llama mucho más la atención porque, según dicen, los militares, nunca dejan de serlo. Por lo común, desarrollan una gran lealtad y disciplina a la institución armada y por lo tanto, al ejecutivo.

Es impensable, de esta manera, que el General Meza Castro se maneje solo. Aun en retiro, requería de la autorización del ejército para ser diputado, hay quien dice que también la del presidente. Así, es difícil ver al PRD hacerle la vida más fácil al espurio, al pelele.

Entonces, ¿porqué por el PRD?. Si el ejército y el presidente tuvieron que intervenir para lograr la diputación del general, lógicamente tendría que ser el PAN quien debió abrirle un espacio. El PRD tendría que explicarlo, pero el partido de izquierda hace tiempo que, cuando se le critica, se monta en la paranoia lopezobradorista, que sus críticos son enemigos embozados, de la derecha, de la reacción, del Yunque.

Como sea, ya en la Cámara, el general ya ha dado que hablar, ha empezado a sentir el rigor de vivir fuera del Ejército. Apenas acababa de hacer unas declaraciones –de esas que hacen los políticos- acerca de que “el ejército se encuentra blindado contra la penetración del crimen organizado” mas tardó el general en decirlo que la SEDENA informar que “Ejército Mexicano mantiene bajo proceso militar a cuatro elementos (un jefe, tres oficiales y uno de tropa) vinculados a delitos contra la salud”.



En el reparto de comisiones, el General no consiguió presidir la Comisión de Defensa Nacional, se la ganó, el considerado represor de Oaxaca, Ardelio Vargas, policía de Ulises Ruiz, quien ya tiene fuero, como el PRI lo quería.
El General está aprendiendo a moverse en ese mundanal lodo civil donde nadie se le cuadra y nadie responde al ¡firmes! ¡ya! y mas vale que se apresure a ponerse al día.

Candidato a gobernador de BCS. Tampoco es que sea raro que un militar se lance al ruedo de la política. Ni el último ni el primero. Al parecer, la tribu que destapó al General fueron “Los Chuchos”, aliados del gobernador Narciso Agúndez, hoy en contradicción con la otra fuerza política interna del PRD, la comandada por Leonel Cota. Ambas corrientes dispuestas al choque por la gubernatura de Baja California Sur.

No sería raro, entonces, que el General Francisco Armando Meza Castro, en estos momentos se esté preparando para participar como uno de los candidatos por el PRD, contra las huestes de Leonel Cota, que a su vez se prepara, mediante el Frente Democrático Sudcaliforniano para ir por la grande en el Estado.

Si esta conjetura es exacta, pronto veremos al General con un activismo desaforado en cuanto mentidero paceño exista. Lo veremos en los actos partidistas, saludando a sus viejos camaradas. Los medios de comunicación afectos a Narciso Agúndez realzarán su presencia en cafés, bodas, bautizos, cumpleaños, exposiciones, espectáculos. Visitará las salinas de Guerrero Negro, las cooperativas del Pacífico Norte; constatará los desastres del Jimena en los municipios norteños, los desarrollos turísticos de Loreto; le echará un vistazo a los asilos de ancianos, la Cruz Roja y alguna ONG.

Empezarán a airear las virtudes del General; publicarán sus añoranzas cuando de pequeño acompañaba a su padre al Mercado Bravo, cuando acudía con su familia al Coromuel o cuando de adolecente jugaba futbol con el equipo del Santuario. Saldrán a flote sus aventuras en el combate al narco, sus hazañas al servicio de la patria; Se encontrarán fotografías sepia con los viejos camaradas; el Flaco López, el Buñiga Méndez y el Chueco Camacho que lo recuerdan muy bien y siempre pensaron que Pancho llegaría lejos. Entrevistas donde se mostrará mas regionalista que los Huizapoles; sus gustos culinarios en machaca de mantarraya, tacos de pescado capeado, panocha de gajo, dulce de garambullo y chopito. Su gusto por la música de cochi y bajo sexto, sin faltar su deleite por “El Cabo Fierro” y “La Paz Puerto de Ilusión.

Mostrarán su casa sembrada de cactus, damiana y gobernadora; un escudo con cuatro peces que flanquea la puerta, sus trofeos y condecoraciones rodeadas de conchas de abulón, barquitos que hacen los presos y las postales de Paco Arámburo. En su biblioteca no faltarán “El Otro México” de Jordán y “El Canto del Caudel” de Chucho Castro.

Si el pronóstico se cumple, la andanada será tal que el General será un figura habitual, cotidiana, conocidísima por el populacho.


Y ya cuando esté próximo el destape, un día, un buen día, será recibido en el aeropuerto por la cargada perredista. No faltarán los mariachis, las porras, las matracas; los apoyos irrestrictos de sindicatos y organizaciones civiles, los abrazos, los apapachos de los que –antes que nadie- declararon que era “el bueno” así, se cerrará un ciclo y finalmente aflorará el priismo perredista del que nadie se atrevía a decir su nombre.

miércoles, 14 de octubre de 2009

DOS OVEJITAS


Cuando éramos jóvenes e izquierdistas repudiábamos a la mayoría de los grandes sindicatos, corporaciones corruptas, charras y antidemocráticas. El enemigo a vencer era Fidel Velázquez, Gómez Z, Napoleón padre, Jonguitud. Todos tuvieron sus sucesores que se eternizaron el poder sindical, el mismo sindicalismo priista que la transición, la alternancia le ha hecho lo que el céfiro al benemérito.
Ese sindicalismo antidemocrático, abusivo y corrupto del SME, el mismo de las estructuras priistas intocadas, que hoy combaten desde el gobierno, ahora, la izquierda chilanga, la de las corrientes que parecen tribus; la izquierda lopezobradorista que se ha materializado en el PRD; la izquierda sudcaliforniana -con origen priista- en el poder, llama a apoyar a estos sindicalistas.
¿Quiénes han, hemos cambiado? ¿el PRD o los exjóvenes izquierdistas?

UNA OVEJITA

(se columpiaba sobre la tela de del hombre-araña)








El presidente vestido de militar ¿para qué?


¿Trataba de asustar al Cártel del Golfo, a los Zetas , a La Familia? ¿Congraciarse con los militares? ¿emular a Fidel, a Chávez, a Kadafi ... a Pinochet, a Videla, como corresponde? ¿apantallar a su musa La Gordillo? ¿un aliviane al ego después de ser llamado con insistencia pelele, ilegítimo, espurio? ¿cosas de la onda fashion?


¿para que, Felipe, para que?






sábado, 3 de octubre de 2009

LA UABCS, ESE EMBROLLO

Introducción. Por enésima la vez, las noticias que provienen de la UABCS no son ni avances académicos, premios a sus investigadores, ni publicaciones novedosas, mucho menos muestras de sus actividades o descubrimientos científicos; las noticias con sede en la UABCS tampoco hablan de éxitos deportivos, presentaciones de libros, o conferencias; mucho menos se refieren al acervo de su biblioteca o a las ampliación de sus extensiones. No versan las noticias de la UABCS acerca de profesores de prestigio mexicanos o visitantes extranjeros, presentación de tesis creativas o reconocimiento a sus académicos.

Las noticias que proceden de la UABCS siguen en el mismo tenor de hace mas de dos décadas: emplazamiento, estallamiento, terminación de huelgas; renuncia del rector, demandas sindicales, negociaciones; conversaciones con el gobierno, estira y afloja, candidatos a rector, lucha por el poder que desata politiquería de todo tipo.

Desde su fundación, la UABCS, igual que muchas universidades públicas se han convertido en pozos sin fondos de recursos económicos y humanos, agencia de colocaciones y movimientos políticos, muchos de ellos, que ponen en duda la autonomía universitaria tan cacareada de manera conveniente.

Demasiados miramientos se ha tenido ante la universidad estatal. Hay cierto consentimiento de la prensa y de los propios universitarios a revisar de una vez por todas, el funcionamiento de una escuela que pierde prestigio de manera acelerada. Dos conceptos, dos categorías impide tanto a la comunidad universitaria como a la población en general, elaborar una crítica fuerte y constructiva acerca de la universidad que pagamos los ciudadanos con nuestros impuestos: la huelga y la educación.

La huelga. Un derecho inalienable de los trabajadores no es fácilmente criticable, sobre todo, cundo no se es parte del problema y no se tienen todos los elementos para opinar con autoridad. Cuando un colectivo se lanza a la huelga, se piensa, en general, que han hecho uso del último recurso para defender sus prerrogativas laborales, en efecto, el derecho de huelga debería ser sagrado.

Sin embargo, con el curso de los años, los emplazamientos, los estallamientos y los reinicios, son ciclos tan repetitivos, tan frecuentes, que hacen dudar del sacrosanto derecho. La suspensión de clases de la UABCS ha alcanzado hasta la irritación y el disgusto de los propios alumnos. Cualquier colegial, aunque sea de educación superior, sabe que pocas cosas causa mayor placer y encanto a un estudiante que la suspensión de clases. Eso lo dice todo.

Cuando se habla de una universidad, se entiende que es una comunidad modélica, en donde el diálogo y el consenso es posible por la inteligencia, la lucidez y la preparación, supuestos atributos infalibles de sus implicados, en la UABCS, dichos atributos no aparecen y al mínimo estímulo aparece la huelga. Uno se pregunta si los consensos, los acuerdos a que finalmente llegan una y otra vez, ¿podrían lograrlos con la universidad en pleno funcionamiento?.
Quizás tienen razones de sobra los trabajadores académicos y administrativos; quizás no se les ha resuelto lo prometido. Es sabido que las negociaciones, las promesas de un rector, le estallan al siguiente, pero también es sabido que, muchos de ellos son trabajadores bien pagados con privilegios que no tienen otros empleados, por ejemplo, los del estado o de la federación, algunos muy sobrevalorados con salarios cercanos a los cien mil pesos mensuales.
Educación. Siempre será un punto sensible para la sociedad. En la educación superior se juega buena parte del futuro cercano de una persona al ser una escuela de educación terminal donde se obtienen grados. Por lo tanto, las suspensiones de clases de manera repetitiva, seguramente repercuten directamente en la preparación del estudiante.
Tanto repercuten que las universidades privadas se empiezan a cargar de exalumnos de la UABCS cansados del estado de cosas. Universidades privadas que, desde los altos presupuestos de la UABCS, desde sus instalaciones envidiables, desde sus pomposos organigramas, ven de arriba hacia abajo a las universidades privadas que califican de escuelas “patito”, que son, en realidad, universidades baratas, que trabajan con presupuestos mínimos, con más ganas que estímulos monetarios de sus profesores y con más sacrificios económicos de tutores y estudiantes.
Con el desorden y el caos de la UABCS, es posible que a pesar de sus postgrados docentes, de su completísima biblioteca, de sus instalaciones deportivas, de sus investigadores de tiempo completo, de sus modernas aulas y aditamentos pedagógicos, de sus publicaciones y extensiones culturales, a estas alturas ya pueda, muy a pesar de los contribuyentes, recibir el adjetivo de “patito”.
La UABCS y la política. Quizás una de las grandes desviaciones de la UABCS y origen de buena parte de sus problemas, se encuentra en la participación política militante de sus altas autoridades.
Por otra parte, siempre se ha cuestionado la autonomía de las universidades públicas al depender de un presupuesto con origen gubernamental, es claro que las autoridades universitarias requieren de relaciones y negociaciones con los poderes del estado
Es imposible e indeseable –se entiende- que las diferentes instancias universitarias se alejen del análisis de los grandes problemas de estado; la crítica y el estudio de los asuntos cívicos, es claramente función universitaria, mucho mas, se entiende que la educación de una universidad pública contiene aspectos sociales ineludibles, deben ser parte de la currícula. Otra cosa es el compromiso de sus autoridades con partidos, grupos políticos, gobiernos y personajes del ámbito político electoral.

La UABCS ha mostrado diferentes etapas en cuanto a la participación política electoral de sus miembros mas prominentes. Durante los gobiernos del PRI, se decía que el rector y sus cercanos deberían ser aprobados por el gobernador en turno. En algunos gobiernos se mostró mayor o menor intervención en el nombramiento del rector y en los asuntos universitarios.

Con la caída del PRI, muchos de los universitarios se subieron al carro ganador del leonelismo y en su gabinete aparecieron personajes como el profesor Borges Contreras –candidato a rector- como encargado de las finanzas del estado después de renunciar como vocal del IFE, del mismo IFE que declaró el triunfo del neoperredismo. Igualmente el rector, maestro Jesús Druck y otros universitarios se incorporaron a las campañas y al grupo político que desfondó al PRI con las siglas del PRD. En el sexenio de Narciso Agúndez, uno de los rectores mas cuestionados, Jorge A. Vale Sánchez se incorpora al gobierno como secretario de Desarrollo y Fomento Económico del estado. “La Auditoría Superior de la Federación señaló como presuntos responsables del desvío de al menos 11 millones de pesos a varios ex directivos, entre ellos, Jorge Vale Sánchez, quien fungía como rector de la máxima casa de estudios en aquel periodo” –dice Gladys Rodríguez corresponsal de El Universal. A Vale Sánchez, en efecto, se le acusó desde diferentes instancias universitarias de peculado, de tráfico de influencias y de otras linduras y aun cuando fue inhabilitado por propia Universidad, fue premiado por el presente régimen con la Secretaría de Fomento.

Nada tendría de malo que los universitarios participen en política electoral a título personal y con sus propios recursos. Sin embargo, las acusaciones reiteradas contra exrectores y otros universitarios, ha sido el uso de los recursos económicos y humanos de la universidad puestos al servicio de un partido, de algún político, de alguna campaña electoral.
Es imposible, con la participación política electoral de los rectores y colaboradores, que la UABCS se pueda constituir en conciencia crítica de la sociedad. La rectoría de la UABCS ha fungido hasta hoy como trampolín político, no ha sido el prestigio académico el factor decisivo para su nombramiento.

Ultima llamada. Con la renuncia del maestro Rodrigo Guerrero, se abre otra oportunidad para la UABCS; también se abre la puerta de la politiquería, la intervención gubernamental y el manoseo político en busca del botín de recursos de escasa transparencia y del posicionamiento político para las próximas campañas, las próximas elecciones.
Pero quizás sea de las últimas oportunidades, quizás ya no hay margen, se ha abusado tanto de la institución que la han dejado en la quiebra económica y moral. Las formas de dirimir sus diferencias entre los diferentes grupos, afectan seriamente su elemental función, la huelga parece ser la estrategia prioritaria.


Tan celosos de su autonomía, es hora que los involucrados tomen conciencia que la UABCS funciona con recursos del erario, es decir del bolsillo de los contribuyentes para el cual no hay autonomía que valga.

lunes, 21 de septiembre de 2009

LA PAZ, LA CAPITAL

Puerto de Ilusión. Hace 40 años, para quienes vivíamos en la periferia del entonces territorio de Baja California Sur, no era fácil acudir a La Paz. No había carretera pavimentada; el transporte aéreo era caro, peligroso e irregular; el transporte marítimo no tenía grandes alcances.

Para quienes vivíamos en las inmediaciones del paralelo 28, La Paz era territorio casi vedado, era más fácil transportarse a Sonora. De Santa Rosalía a Guaymas siempre estuvo abierta una vía marítima, “El Güero” y el “Jesús Enrique” eran las dos cáscaras que a finales de los 60’s hacían viajes regulares, ruta en la que los norteños del sur utilizaban para el comercio, el turisteo, la atención médica, salida al continente y para visitar familiares. La quiebra de la Compañía El Boleo y el subsecuente éxodo de finales de los cincuentas, arrojó una buena cantidad de cachanías a Guaymas donde se asentaron la mayoría, otros al norte, muy pocos a La Paz. Ya un espléndido artículo de Blas Ramón Cota Meza –El Pirri- titulado “Cachanía la guaymense”, narra las intensas relaciones entre Santa Rosalía y Guaymas, de tal manera que: –cito de memoria- “no había un cachanía que no tuviera familiares o conocidos en Guaymas ”.

Sin embargo, La Paz siempre fue el centro burocrático, por lo tanto, de visita obligada. Había que venir al Puerto de Ilusión a reclamar el cheque, a afiliarse al ISSSTE, a buscar chamba, a conseguir becas, a registrar propiedades, actas de nacimiento, de defunción y hasta a los juegos olímpicos. No había otra que subirse al “correo”, un camión de redilas con doble cabina que salía de Santa Rosalía a La Paz una o dos veces por semana. Casi 48 horas de viaje si no sucedía un desperfecto, tan frecuente en aquellos escarpados terrenos por donde transitaba el armatoste.
Tanto en los caminos del norte como hacia el sur, “los troqueros” contaban cada historia acerca de sus aventuras, sus accidentes; las cuestas peligrosas como la de “El Burro”, la de “El Tiburón”, la de “Liguí” siempre aparecían en los relatos, eran además puntos de referencia. Se hacía una escala forzosa –a dormir- en Loreto o Comondú y al otro día –si todo iba bien- se tomaba la brecha de El Crucero a La Paz –que fue el primer tramo que se convirtió en carretera pavimentada- se llegaba a La Paz poco después de mediodía. Una odisea para los tiempos que corren.

Chilanguismo paceño. Pero La Paz era el centro y los paceños se percibían –desde la periferia- como los estirados, los soberbios, los arrogantes, en fin, el chilanguismo que endilgamos a los defeños; que también atribuyen los de Salta a bonaerenses; los de Provence a parisinos o los siberianos a moscovitas, supongo. No podía ser de otra manera en un país centralizado, modelo que se repetía en los estados pero mucho más en el Territorio de Baja California Sur carente de autonomía estatal. Si los gobernadores se nombraban en las tripas de los centros ceremoniales del PRI en el DF; los delegados municipales, a su vez, se nombraban desde La Paz. Con un régimen de partido único, la centralización era aun más aparente.

Cuando los juegos olímpicos estatales se hacían en La Paz, un buque de la armada se encargaba de transportar los contingentes deportivos. Como casi siempre eran al final del otoño –coincidían con el 20 de noviembre- la mar con frecuencia estaba picada y después de casi 24 horas de viaje; de náuseas, vómitos y mareos quedaban los deportistas muy disminuidos y desde luego, con desventajas para la competición contra los paceños, los adversarios a vencer y a quienes se les achacaban, con cierta razón, un gandallismo deportivo que provocaba interminables discusiones.
Los paceños tenían fama de malos perdedores, de conseguir en los reglamento, en minucias legaloides, lo que no podían lograr en el campo de juego.

Ante los paceños había cierto rencor soterrado que emergía y se hacía aparente en la rivalidad deportiva, por ejemplo, en la que Santa Rosalía era el mayor oponente a La Paz. Los juegos de básquet y beisbol, eran de alarido e invariablemente terminaban en bronca. Una vez terminado el tiempo regular, los tiempos extras seguían en la calle; algunos juegos terminaron en la barandilla por infringir el bando de buen gobierno. Si a algún miembro del contingente deportivo le llegaba a dar diarrea, sin duda, eran los paceños que habían colocado laxantes en la comida.
Ante los paceños había desconfianza y cierta paranoia.

De La Paz provenían los jefes, los inspectores, los decretos. La relación era unidireccional por falta de comunicación. Unos mandaban, otros obedecían. Los ahora municipios nacen en la transición de territorio a Estado, a partir de 1970, eran delegaciones y los delegados no siempre eran producto de elecciones, sino dedazo desde La Paz.

Aun con una hegemonía priista, aceptada como natural en el entonces Territorio de BCS, no fue raro que en el norte, alguna vez ganaran otros partidos políticos, como fue el caso de Don Manuel Cota que ganó la delegación de Santa Rosalía por el PAN, que decir de aquella gloriosa gesta del Dr. Adán Velarde y Oaxaca que ganó una diputación federal del Territorio al PRI del mismísimo Dr. Raúl A. Carrillo.

Santa Rosalía. Casi un siglo, Santa Rosalía, fue el centro de población mas importante en el norte. Sin origen misional, fundado a finales del siglo XIX y colonizado para la extracción de cobre por franceses, se convirtió rápidamente en destino tanto para conseguir trabajo como para el comercio. El crecimiento de Santa Rosalía en menos de 20 años alcanzó niveles que San Ignacio o Mulegé, los pueblos misionales vecinos, no alcanzarían en siglos.
Los adelantos tecnológicos con los que los franceses dotaron a Santa Rosalía, no los tenían ni siquiera en La Paz: luz eléctrica las 24 horas, un tren de vapor, grandes grúas, barcos gigantescos para la época, hospital con medicina y cirugía de primer mundo. El crecimiento fue monstruoso.
Sin embargo, La Paz, poco o nada tuvo que ver en el asunto. La Compañía francesa El Boleo, se introdujo desde el centro del país, mediante concesiones otorgadas directamente por Porfirio Díaz en donde se dispensaban impuestos y se disponía de la tierra como mejor les pareciera a los colonos franceses. Así, Santa Rosalía se convirtió en un enclave en el que el Gerente de El Boleo, era el Jefe Político de Santa Rosalía y circunvecinos. Los escasos funcionarios del gobierno, las fuerzas del orden, eran captados por la compañía que a su vez, se encargaba de mejoras materiales y hasta de la educación.
Fue hasta un poco antes de la Segunda Guerra Mundial que la comunicación entre los franceses de Santa Rosalía y los de Francia se hizo prácticamente imposible que El Boleo empezó a decaer. Dicha compañía se convirtió en objetivo militar para los alemanes, pero también, la cantidad y la pureza del cobre había descendido, de tal manera que ya en la postguerra, el boleo se declaraba en quiebra dejando Santa Rosalía sin trabajo y aislada, sin puentes hacia la capital del Estado. Fueron momentos difíciles en los que la gran mayoría decidió emigrar, muy pocos lo hicieron hacia La Paz.
La entonces altiva e independiente Santa Rosalía miraba hacia al sur sin respuesta. El gobierno del Territorio no tenía tampoco elementos para reactivar la actividad económica de una Santa Rosalía oscura, atrapada en su angustia mientras los esfuerzos venían desde el DF. Fue de la oficina federal de Fomento Minero de donde partieron los primeros planes para reconvertir y explotar la industria del cobre y quien detuvo la debacle y la desaparición de Santa Rosalía.

El Pacífico Norte. Mientras en el Pacífico Norte los viejos campos pesqueros de población temporal, se convertían en asentamientos formales, permanentes así Bahía Tortugas, Bahía Asunción, La Bocana y Punta Abreojos acogieron una buena parte de cachanías con vocación pesquera –y beisbolista- y abrían fuentes de trabajo para la juventud de la región. Todas esas cooperativas pesqueras, que comercializaban sus productos en California, tenían sus oficinas en Ensenada, BC. Aviones privados hacían el puente aéreo, de tal manera que los pobladores del Pacífico Norte nunca miraban hacia La Paz. La atención médica, la educación, las compras o las vacaciones se hacían en Ensenada y California.

Lo mismo sucede con Guerrero Negro que también fue refugio de cachanías. Al aumentar la explotación de la sal, el crecimiento de Guerrero Negro requirió de mano de obra, sin embargo, los impuestos de la ESSA –Exportadora de Sal- no se pagaban en el estado y a pesar de ser una empresa nacionalizada –en parte- sus ejecutivos ninguna relación tenían con Baja California Sur, todos procedían del centro del país de tal manera que el gobierno del Estado y su capital ninguna influencia tenían sobre esa compañía.
La Transcisión. Quizás el punto de unión más fuerte en los años anteriores a la estatización del territorio de BCS fue la Escuela Normal que había nacido a instancias del gobierno de Lázaro Cárdenas como Normal Rural con sede en San Ignacio. Fue hasta que se fundó la Universidad Autónoma de BCS, la única escuela de educación terminal. Aunque luego emigraría hacia La Paz, la Normal enviaba paceños hacia la periferia, asimismo desde la periferia acudían a la Normal paceña los estudiantes que, una vez, profesores, regresaban a sus comunidades.

La Normal de La Paz se convertiría en el rostro más amable de la capital. La gran mayoría de nuestros profesores eran egresados de la Normal quienes mostraban auténtico orgullo pertenecer a esta escuela.

Es hasta que el Territorio se convierte en Estado y se organizan los Municipios que las relaciones de la periferia norte se empiezan a normalizar y empezamos a acudir a La Paz con mayor frecuencia. La carretera Transpeninsular fue definitiva en esta correlación de la Paz capital y sus poblaciones del norte. También la desaparición de la zona libre que inicia una era de comercio de productos mexicanos, desconocidos hasta que entra la CONASUPO
Así, La Paz y su periferia norte inician otro tipo de relaciones, la cual se incrementa con la democratización del país y ya no solo son profesores de educación básica lo que se intercambia, también estudiantes – UABCS, TEC, universidades privadas-, vacacionistas; comerciantes y la burocracia de toda la vida que ahí continúa y que, en su cojunto, ha hecho de La Paz, un centro de visita obligada, es cierto, pero también una de las ciudades mas bellas y apacibles, donde se puede vivir muy bien sin los sobresaltos de la inseguridad y sin la neurosis de las grandes ciudades, además de la inestimable vista al mar, sus atardeceres rojos y un andar de más de trescientos años que le dan aspecto entre cosmopolita y provinciana, pero al fin puerto, es decir, pecadora y virtuosa, honesta y gamberra, recatada y carnavalera.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

EL NOMBRE DEL PABELLON CULTURAL DE LOS CABOS

Introducción. Desde que se anunció la construcción del llamado Pabellón Cultural de la República (PCR), se intuía que habría críticas acerca de su costo, del momento en que se presenta la obra, pero sobre todo, del personaje que el gobernador quiere honrar su memoria con este proyecto.

Hay quien piensa que el dinero que se gastará en el Pabellón mencionado bien se pudo aplicar para hacer frente a la crisis, de utilizarlo para aliviar problemas mas urgentes, sin embargo, al menos desde que tengo conciencia, este país vive en crisis permanente, luego entonces, si habría que argumentar la crisis económica, pocas, muy pocas obras se podrían llevarse a cabo.


Al parecer, la construcción del PCR obedece a un proyecto que nació en el Gobierno del Estado desde el 2008 a cuyo frente está Limón Rojas, exsecretario de Educación con Zedillo y para ello, según se informó, se realizó un concurso en el que se presentaron 11 obras, de las cuales fue ganadora la del Arq. Pablo Serrano Orozco. El proyecto y su maqueta ya lo presentó el Gobernador con la asistencia de las autoridades culturales del Estado, el representante federal de los festejos del Bicentenario Tovar y de Teresa y también, la familia del Sr. Nabor García Aguirre, presentes ahí, porque según el comunicado de prensa, fue impulsor del proyecto y nombre que seguramente se le pondrá al mencionado pabellón.

Nabor García, que de la iniciativa privada, ingresó al servicio público en el 2005 a invitación del Gobernador Narciso Agúndez como Secretario de Finanzas, también ocuparía la Secretaría General por algunos meses para después, regresar a Finanzas. El 18 de octubre del año pasado fallece en un accidente aéreo en tránsito de Monterrey a La Paz, después de participar en una reunión oficial. En las exequias, dice un comunicado: “el gobernador anunció que en su memoria se decidió poner a la sala de juntas de la Secretaría de Finanzas su nombre y de igual forma propuso al Cabildo de Los Cabos que el Pabellón Cultural lleve su nombre”.

La presentación del proyecto. Las palabras de presentación, son por lo menos, atípicas. Según un diario local inician así: “Negarle a Cabo San Lucas y a Baja California Sur una obra como el Pabellón Cultural de la República representaría una injusticia y un agravio a una sociedad con una riqueza histórica única y que ha dado su mejor esfuerzo para el desarrollo de la entidad y del país”. Es decir, hemos vivido en la injusticia –y en el agravio- porque, los Cabos no contaba con el PCR. Quizás la obra se justifica por motivos menos dramáticos, por ejemplo:
· Festejar el Bicentenario
· Frenar el proceso de transculturación que vive el Municipio de Los Cabos
· Fortalecer las raíces y conservar nuestras costumbres y tradiciones
· Ser el factor de unidad para la población que vive en la entidad
· Fortalecer la identidad local y tender un puente de los sudcalifornianos con la nación entera
· Fomentar del turismo cultural
· Ampliar la difusión y promoción de nuestra identidad y de nuestra cultura

En otra parte del discurso se destaca: “sólo aquellos que no coinciden en que Los Cabos y Baja California Sur se merecen una obra de esta magnitud, pueden descalificar el esfuerzo conjunto emprendido por el Gobierno de la República, la administración estatal y el X Ayuntamiento de Los Cabos para hacer realidad el Pabellón Cultural”. Tanta subjetividad conmueve, el drama continúa. Bien podrían presentar el proyecto como una buena idea, algo necesario. Hay algo de pudor y algo de chantaje en la declaración. Un gobierno no edifica obra pública con base a merecimientos colectivos, no son premios. Demasiados subterfugios para anunciar la tentación de todo gobernante.

La obra personal. Todo gobernante tiene la tentación de edificar la obra con la que se le recuerde -por eso carecemos de buenos sistemas de drenaje-, dejar su nombre para las posteridad, de materializar la memoria, de trascender en lo sempiterno del concreto y la varilla. Agúndez no podría ser la excepción. Es su obra.

Puede que no sea un buen momento para presentar el relumbrón del sexenio. Por lo demás, esas obras de relumbrón - “la obra del sexenio”- a veces son obras importantes. Así, sucedió con la UABCS y Mendoza Arámburo; sin la megalomanía de Alvarado Arámburo no tuviéramos el Centro Cultural de La Paz que alberga al Teatro de la Ciudad, la Radio, museo, bibliotecas, espacios verdes, teatro al aire libre, a la cual le colocaron el nombre de Jesús Castro Agúndez; que por cierto, Don Chucho Castro fue de los fundadores de la Casa del Estudiante en México, impulsor de los Internados Rurales, Senador de la República, poeta, escritor y recopilador de anécdotas sudcalifornianas. Aun así, algunos de los más conspicuos cultureros del Estado discutían si era un nombre adecuado para el conjunto cultural, se esgrimía la falta de calidad en la prosa de Chucho Castro, entre otras falencias.

Tan es la obra del gobernador que se ha deslizado, con disgusto de la clase cultural en pleno, que el PCR llevará el nombre de Nabor García un colaborador a quien calificaría también como su amigo. Quizás el punto de discusión mas áspero que ha despertado el PCR es el nombre tentativo –¿o definitivo?- que llevará dicho pabellón. El merecimiento que tiene el Sr. Nabor García es que fue “impulsor del proyecto”. Nadie duda de las capacidades intelectuales financieras del García Aguirre, si la obra fuera un centro financiero o comercial, quizás le quedaría como anillo al dedo el nombre del encargado de las finanzas del estado que falleció en un accidente de avión, pero al presentarse como un proyecto cultural cuya función es la promoción de las artes y la cultura, el nombre del tesorero del estado fallecido resulta forzado y ajeno al espíritu de la obra.
Que fuera amigo, colaborador del Ing. Agúndez, gobernador del Estado no debería ser un factor decisivo, pues la amistad y los asuntos de gobierno son cosas que se manejan aparte. Ya ha sucedido. Un colaborador del Gobierno estatal, también dedicado a las finanzas de apellidos Álvarez Rico, falleció en un accidente automovilístico en la carretera Cd. Constitución – La Paz lo que fue suficiente para que a una calle le plantaran su nombre. En un principio la calle quedaba en la periferia de La Paz, casi nadie la conocía, pero después la calle Alvarez Rico quedó en medio de una serie de construcciones del Estado como son la Procuraduría, el Cereso, el Conalep, el Sindicato de electricistas y desemboca –paradójicamente- en la calle Colosio, otro muerto ilustre.

La idea que la muerte nos dignifica es muy conveniente, hasta en defensa propia hay que honrar la memoria de los que ya no están, en primer lugar porque ya no se pueden defender, en segundo, porque ya no tiene remedio, pero tampoco hay que exagerar sus virtudes. Sin duda el sentimiento de la amistad es una virtud, pero es personal, pertenece a la vida privada.

El Gobernador y la cultura. Me atrevo a decir que ningún miembro de la comunidad cultural estará de acuerdo en que el Pabellón se le ponga el nombre de “Nabor García Aguirre”, porque sus méritos en el campo de la cultura y del las artes son mínimos, al menos, no conocidos; porque deben existir sudcalifornianos o más precisamente cabeños con muchos mas méritos en ese rublo y porque no se debe confundir la gestión administrativa como la de Nabor García con la de quien ha dedicado toda su vida a las artes, a las humanidades, a las ciencias y al desarrollo la intelectualidad libre e independiente.

Pasa que a los políticos se les atraganta la cultura. Ha existido, desde siempre un distanciamiento entre políticos y cultureros, dicho divorcio proviene de la desconfianza mutua. Los políticos desconfían porque ven en los intelectuales y artistas a sus críticos y echan sobre ellos la visión simplista y atrasada de seres informales, bohemios y hasta antisociales con los que no hay que dejarse ver. Por otra parte, los artistas ven a los políticos como especuladores, que todo lo hacen en función del poder.

Los gobiernos priistas se caracterizaban por utilizar a los intelectuales. Cuando se acercaban a ellos, casi siempre era un asunto coyuntural como campañas políticas, envío de mensajes crípticos, cumplimiento de programas culturales; los dos gobiernos perredistas se han percibido como muy alejados de la cultura, no es un asunto de su incumbencia. Ni Leonel Cota ni Narciso Agúndez, ni sus mas cercanos colaboradores –con excepción de los dirigentes del Instituto de Cultura, por razones obvias- se han visto con cierta asiduidad en exposiciones, presentaciones de libros, obras de teatro, conciertos, etc. Los políticos perredistas han dado la impresión que los espacios que la cultura suele llenar en el individuo, lo dedican a las peleas de gallo, carreras de caballos, al box, al off road. Es al menos la percepción, a veces humorística de buena parte de la población. Pero los políticos, en general, miran de reojo al artista, al intelectual porque no los conocen, no me refiero al conocimiento personal, sino a la obra, a sus productos.



No hay –nunca hubo– un diálogo político ni institucional entre los gobiernos y los profesionales de las artes

Quizás en esa desconfianza, en estos prejuicios, en ese desconocimiento subyace la nominación del Pabellón Cultural de la República con el nombre de “Nabor García”.


domingo, 16 de agosto de 2009

¿VAS PAL NORTE?

¿Vas pal norte? era una pregunta que se hacían los sudcas cuando alguien llevaba algún cargamento, maleta o mochila, porque para ir al norte había que ir bien avituallado, cargado con lonche, tendidos y bastimento para varios días.

El camino no era exactamente el que habrían seguido los misioneros. Los jesuitas y luego los franciscanos perseguían la conversión de la indiada, sus trayectos buscaban colectivos nómadas; en cambio, los ciudadanos del naciente siglo XX, hacer circular un vehículo de combustión interna por la península de Baja California. Si bien existen reminiscencias de lo fue el sendero misional, una vez inventado el automóvil, democratizado y extendido su uso, fueron los norteamericanos aventureros de la antigua AAA (Asociación Americana del Automóvil), quienes en búsqueda de coyunturas entre la cordillera y el mar, fueron encontrando los pasajes más adecuados para que vehículos de motor pudieran transitar a lo largo la península. Hay quien piensa que El Chapo Galván, un mecánico de Santa Rosalía fue un factor decisivo en la apertura de ese camino que, una vez hecha la carretera transpeninsular, en general no varió demasiado el curso, en algunos segmentos se pueden ver las huellas del viejo camino real.

El norte de Baja California Sur dependía del puente marítimo de Guaymas-Santa Rosalía para surtir frutas, verduras y otros perecederos. Pequeños barcos, paquebotes, hacían los, a veces, intrépidos viajes. De la frontera, dependía para la introducción de latería, muebles, ropa, carros y todos los productos que se compraban en los USA; prendas nuevas y de segunda recalaban hacia los norteños del sur, de tal manera que el comercio hacia el norte –Tijuana, Ensenada- era muy fluido por un camino pedregoso, estrecho, donde solo podía pasar un “troque” a la vez, con muy pocas brechas rápidas y arenales extensos, con aspecto del talco pero que con agua de lluvia se convertían en verdaderos cenagales. De Santa Rosalía a Ensenada o Tijuana se hacían no menos de tres días. Cuando llovía y aparecía el Lago de Chapala –la mayor parte del año, seco- los atascos y desperfectos de los troques, dejaban en la indigencia al norte de Baja California Sur.



El medio que se usaba para ir al norte era el troque -el truck de la General Motors- un auto con redilas fabricado para cargar hasta 10 toneladas y que podía pasar por los angostos senderos de las cuestas en los que, a veces, las llantas apenas se ajustaban entre el paredón y el abismo. Las redilas bamboleaban, y crujían, el auto pujaba y amenazaba con apagarse mientras los bordes de los neumáticos despejaban pequeños guijarros que se perdían en el desfiladero. Eran vehículos de gasolina, sumamente austeros, con poderosos ejes y de trasmisiones con velocidades extras como el “campao” –compound- y el “chango” –change- que se requerían cuando cargados había que subir una empinada pendiente. Un auto de carga mas grande no cabría en esas estrecheces; uno más pequeño, no valdría la pena el viaje. El troque era el carro justo para este largo y sinuoso camino.


Los troqueros eran hombres recios cuyas desventuras en el camino las tomaban como parte del negocio, eran el precio de la audacia. No había “viaje al norte” sin al menos una ponchadura –que había que arreglar con parche de “El Camello” sobre la cámara- cuando no, las fugas de aceite, las roturas de muelles o del diferencial y hasta el motor partido por la mitad. Se sabían de todas - todas las fallas de sus armatostes y pasaban horas y horas debajo del troque hasta que, con un arreglo provisional, podían pasar a la siguiente ranchería. Eran reconocidos en los pueblos por donde pasaban, se les asignaba cierto halo de heroicidad y hasta galanura. No faltaba el troquero inquieto que dejaba en cada pueblo un amor y uno que otro retoño que de grande, afirmaría orgulloso, “mi papá es troquero”. No era cualquier cosa, eran personajes famosos en la región; eran los que surtían de alimentos y los materiales imprescindibles de esa zona del territorio, sin ellos, el mercado se caía y la escasez aparecía.

Había troqueros legendarios cuyas andanzas se contaban entre el pueblo y no pocos párvulos que escuchaban las pláticas de los mayores, querían, de grande, ser troqueros. Igualmente, los niños jugábamos con carritos que pasaban, en el patio de la casa, en la calle, las mismas peripecias que los choferes que iban al norte.


Las conversaciones de troqueros iban desde las contingencias posibles, digamos verosímiles, las creíbles con cierta dosis de ingenuidad hasta las mas locas ficciones dignas de febriles y alucinados escribidores.

“... cuando revisamos el carro, la banda estaba rota y no llevábamos refacción, no hallé mas que lanzarme el monte a buscar una mata de soyate, corté varias ramas y las trencé; medí la banda rota y formé un círculo con la trenza de soyate, la hice del mismo tamaño y la coloqué en lugar de la banda. Me persigné y encendí el carro, metí primera y el carro empezó a caminar, faltaban todavía unos 300 kilómetros para llegar a Ensenada. Pensé que se iba a tronar la improvisada banda, el carro iba bien cargado, pero no pasó nada, como si llevara una banda nueva. Así llegamos a Ensenada y aunque compré otra banda, le dejé la de soyate solo para ver cuánto aguantaba, fue en la carretera entre Ensenada y Tijuana que la banda reventó. Creo que se calentó porque le metí todo el acelerador en la carretera” –verdad o mentira- eso contaba un troquero. Cuando detectaba al escéptico que nunca falta, agregaba –pregúntenle a mi compadre… tal-


No hay mejor muelle que la de datilillo”- decía otro y empezaba a contar la ocasión que yendo pal Norte: “un poco después de Las Vírgenes, al final de la brecha de El Mezquital, la carga se fue de lado y por poco nos volteamos, en cuanto sucedió, le dije a mi ayudante: “son las muelles que se rompieron y no fallé”. Mi ayudante, El Sony Boy – hijo de Juan Verdugo, estaba chavalito, eran sus primeros viajes al norte- nomás volteaba pa todos lados y yo, tranquilo, agarré monte armado de un machete ante el asombro de mi ayudante y al rato regresé con tres o cuatro trozos de datilillo verdón no muy maduro. Así cargados como íbamos, levantamos el carro y en el lugar de las muelles colocamos el datilillo. Mi ayudante se rió de la puntada y creyó que no iba a aguantar, así nos fuimos hasta Los Ángeles –el rancho del güero Betancourt- donde revisamos el arreglo, los palos de datilillo como si nada”, apenas terminaba la anécdota y no faltaba quien reviraba otra aun más increíble.

De ahí pasaban a las travesuras que se hacían cuando, ante un obstáculo en al camino, los troques y troqueros se acumulaban. Entre el “lonche” y cachivaches siempre había botellas de aguardiente, algún vinillo regional y otros “fuertecitos” que degustaban en la retaguardia mientras los de adelante trabajaban para destrabar el impedimento. Tales borracheras eran de antología y venían a aumentar la cantidad de anécdotas, además de contribuir a estrechar una especie de hermandad entre troqueros cuyos códigos de conducta en el camino, aun sin ser escritos, eran de todos conocidos. Había una nobleza auspiciada, sin duda, por la vulnerabilidad de hombre y máquina ante el cruel desierto, la dureza del terreno, la inmensidad de la intemperie.




De tal manera que la gente que viajaba al norte esperaba un viaje de 2 a 3 días, si bien les iba. Pero la mayoría de las veces no faltaban los imponderables y el viaje se podía prolongar hasta por 10 días según fuera el obstáculo: lluvia, desperfecto o incluso maniobras para pasar dos carros por el mismo camino y a la misma hora, cosa que no se podía como bien lo había descrito Newton en sus infalibles leyes. Por lo tanto, para viajar al norte había que cargar con tendidos – cobijas envuelta con una cuilta (el primitivo sleeping bag), maletas; un itacate con machaca y tortillas de harina, latas de leche, carne enlatada; agua, combustible y las “encomiendas” –que nunca faltaban- cajas de cartón que mandaba alguien a alguien –PMAC por muy amable conducto- con contenidos de lo mas variados.

Otro miembro de la fauna que surcaba aquellos caminos, eran los fayuqueros. Comerciantes andantes que usaban un auto un poco mas pequeño, camionetonas a las cuales le colocaban un altoparlante con el cual anunciaban las ofertas. Cobijas, trastos, juguetes, lámparas, blancos, pilas, focos, cortaúñas, destapadores, chucherías de todo tipo que vendían una vez apostados en una esquina, en una plaza. De gran oratoria, los fayuqueros convencían al más receloso y si no podían, la oferta se elevaba y del 2 x 1, que ante el comprador remolón se convertía en 3 x 1 y además agregaban “por el mismo precio” cualquier otro artículo hasta hacer irresistible el ofrecimiento.

Entre mitos, mentiras, medias verdades, mitotes y verdaderas hazañas, los troqueros y los fayuqueros surcaban aquellos caminos que sustituyó pero no borró del todo la carretera Transpeninsular.

En 1974, Echeverría en su cuarto informe de gobierno decía: "Esta vía de comunicación, que se extiende desde Tijuana hasta Cabo San Lucas, tiene una extensión de 1,708 kilómetros. Fue justificado anhelo de muchas generaciones de bajacalifornianos y constituye la obra de infraestructura fundamental para la península. El unir por un camino pavimentado, a las mas lejanas de las capitales de las Entidades Federativas con el resto de nuestro territorio, representan para nuestro país un paso definitivo en su integración".



En la actualidad, solo los aficionados del off road han mantenido vigente el viejo camino que surtía los productos necesarios a la península; hoy es un deporte, una diversión lo que en otro tiempo era, en la práctica, la savia que llenaba el pulso de lo que llamó -alguien que fatigó una y otra vez estos caminos- El Otro México, por recóndito y olvidado.

Muchos de los troqueros se jubilaron, el oficio ya no volvió a ser lo que fue; algunos, los más jóvenes siguieron viajando en la nueva carretera y la mayoría decía que ya no tenía chiste. Así era, el camino pavimentado, aunque largo y sinuoso, se democratizaba y cualquier bípedo con unos dedos de frente podría franquearlo en un auto común y corriente; no se requerían ya los hombres rudos, sabios del tiempo y sus vaivenes, excelentes mecánicos, famosos en la tribu. Con la carretera pavimentada, no solo terminó la función del troquero, nació otra era para los sudcalifornianos, otra forma de viajar al norte, con menos vituallas, con menos emociones y, sin lugar par la audacia.

sábado, 1 de agosto de 2009

EL PRI Y EL PRIISMO SUDCA

Introducción. Vuelven por sus fueros en el país. El viejo partido de estado que en Baja California Sur parecía aplastado, ha recibido algunas bocanadas de aire, aunque dista mucho de ser el trabuco que fue, bien podría, al igual que en el ámbito nacional, hacer un regreso triunfal a la gubernatura de Baja California Sur, de donde parecía expulsado para siempre.
Habría que preguntarse cuales son las probabilidades de que el PRI vuelva a ser la primera fuerza política en BCS y si sería el mismo PRI que alguna vez campeó a sus anchas, dueño de la situación a lo largo de la media península.


La posibilidad existe. No es raro que en las nuevas democracias, los partidos de estado, los viejos partidos únicos como los partidos comunistas Europa del este, una vez instalado el sistema democrático, muevan a nostalgia y regresen a manejar hilos de poder.

Antecedentes. El PRI sudcaliforniano inicia su ascenso al asociarse a movimientos populares de los años 40’s, los colectivos que solicitaban al gobierno federal el gobernador nativo y con arraigo, además de autonomía estatal, funcionaban prácticamente como un partido. Es el FUS –Frente de Unificación Sudcaliforniana- la organización que el PRI penetra y consigue elevar a una clase política que durante varios años se mantuvo en segundo plano, detrás de los gobernantes que enviaban del centro.


Aquella clase política sudcaliforniana no tuvo la oportunidad de escalar el poder, sin embargo, quedó una especie de dinastía que, en 1970 cuando se inició la transición de Territorio a Estado, saltaron al primer plano y fueron los gobernadores, diputados, senadores, presidentes municipales, dirigentes del partido y de todo el directorio que requirió la gobernanza del Estado.
No es raro que los dos primeros gobernadores de Baja California Sur se apellidaran Arámburo.
Tal era la estrechez de las familias que heredaron el poder. El PRI fungía –en casi todo el país- como agencia de colocaciones, como filtro y selección de funcionarios. El control era total.
El crecimiento de la burocracia después de los 70’s necesitó de sangre nueva y el PRI se dio a la tarea, por medio del IEPES (la escuela de cuadros del PRI) de reclutar jóvenes inquietos, estudiantes promedio y buenos oradores, de ahí surgirían Jesús Murillo, Antonio Manríquez, Mario Vargas, Cirilo Guluarte, Raúl Rouseau, David de la Paz y muchos otros jóvenes que pasaron a formar una élite de consentidos que, en cuanto terminaron su carrera universitaria, ingresaron al servicio público. La mayoría no pertenecían a familias relacionadas con la clase política, lo que amplió el espectro de sudcalifornianos que podían ingresar a los selectos círculos del poder.


La costumbre del poder. Que diferencia a aquellos tiempos en los que solo con tronar los dedos se tenían recursos humanos, económicos y hasta sobraba “para llevar”. Las relaciones del partido con el gobierno eran únicas y unánimes y solo había que preocuparse por la posición, por la elección interna, por el dedo indicador del “jefe nato” del partido.

Eran días aquellos en que los fantasmas priistas que hoy se encuentran deambulando sin sentido, eran los de cajón en un presídium. Las glorias priistas acudían a los homenajes, a las inauguraciones de obras, a recibir jefes nacionales. Tiempos eran de grandes titulares en los periódicos, los mismos que hoy cabecean en grandes letras las buenas nuevas del grupo en el poder; esos mismos, describían con lujo de detalle, la grandeza de los próceres que hoy se esconden en sus estancias de retiro.

Tiempos de grandes compras, de viajes a San Diego al “mandado”. Tiempos en que los negocios eran prósperos porque el cliente, el propio gobierno, era obeso y derrochador, poco fijado y apapachador; el cliente era tan bonachón que abrazaba a la familia, a los amigos y establecía nuevas relaciones, no solo las del famoso diez por ciento de comisión. El dinero era un león de papel.
No solo había que ser prócer priísta, había que parecerlo. El aspecto exterior no era baba de perico. Además de la casa solariega y las de descanso, el rancho o la casita en el suburbio lo menos parecida a lo que llaman de “interés social”, había que tener una lancha –por alguna razón, la lancha siempre ha tenido caché- y el carro de moda. El viaje anual a Las Vegas descubierto –oh sorpresa- por el fotógrafo del aeropuerto. Y que decir del manejo social: las páginas del periódico daban cuenta del enlace matrimonial –siempre de buena familia a buena familia- de los hijos del prócer. El cumpleaños era rumboso y los vecinos tenían que soporta una impresionante carga vehicular de la cuadra y los grupos musicales que desfilaban, desde los ranchero, marichis hasta la Rondalla del Cereso –que estaba a las órdenes de los poderosos de antaño-, igual sucedía con los bautizos y primeras comuniones de los cachorros de la revolución.

La ideología era lo de menos, pero había una serie de claves y enunciados priistas que tendían hacia el nacionalismo y desde luego, a la herencia de la Revolución de 1910. Tales herencias ideológicas se dejaban ver en las fechas patrias o en las reuniones plenarias. No por nada, buena parte de los próceres escalaron a la cúpula a causa de sus atributos oratorios.
La fecha orientaba el discurso, las frases grandilocuentes eran coronadas con un fuerte aplauso y al terminar, el orador era masacrado en la espalda por potentes manazos, cuanto mas sonoras, mejor. La elección del orador llevaba mensaje: denotaba un empujón a la posición próxima superior, predilección en un pleito interno o era un recado que algunos entenderían.
Las famosas reglas no escritas del PRI, en Baja California Sur fueron asimiladas al pie de la letra por la clase política sudcaliforniana.
Los gobiernos del PRI. Los gobiernos del PRI tuvieron sucesivamente una calidad descendente. El primer gobierno, el de Ángel César Mendoza A. es uno de los más recordados, no solo porque fue el primero estatal, sino porque tuvo un gran acercamiento con la gente, porque supo realzar las tradiciones sudcalifornianas y porque construyó las instituciones necesarias para el arranque del Estado, tarea que consolidaría Alberto Alvarado Arámburo, un viejo político, fogueado en las delegaciones del DF, autoritario y paternal y, a quien se le empezaron achacar mano larga con los dineros del erario, además de cierta dejadez en los asuntos del Estado.
Los gobernadores eran nombrados desde el centro, allá se desarrollaba la política sudcaliforniana. Liceaga Ruibal con quien empezó la decadencia del PRI, era senador y coordinaba la campaña de Miguel de la Madrid cuando un accidente, al bajarse de un avión, le cercenó un brazo, nadie dudó que el favor se pagaría con la gubernatura. En cuanto se hizo del poder, empezaron líos de tipo familiar que se ventilaron en público; el asunto terminó en divorcio mientras el sistema priista hacía lo imposible por aparentar normalidad. El acabose llegó cuando dos de sus hermanos fueron detenidos por complicidad con narcotraficantes. Aun cuando la renuncia se imponía, terminó su mandato con calificaciones reprobatorias y las primeras deserciones del partido.

Con el prestigio muy estropeado, el PRI nomina a Guilllermo Mercado. Sería la última vez que la cargada priista sudca acudiría al aeropuerto a recibir al elegido en las oficinas del PRI del Distrito Federal. Igual que en los anteriores candidatos a gobernadores, la nomenclatura del partido esperaba en primera fila; el “apoyo irrestricto” de los sectores - obrero, campesino y popular- con mantas y carteles elogiosos secundaban el apoteósico acto; sindicatos afiliados al partidazo ponían las porras, las gorras, las camisetas alusivas; matracas, confeti y mariachis por doquier; guayaberas, abrazote y fuerte apretón de manos se movían entre un mar de gente, deseosa de hacerse presente ante el recién seleccionado desde las alturas.

Mercado Romero, se suponía, enderezaría los entuertos de Liceaga. No fue así, rodeado de colaboradores ávidos y patrimonialistas, su gobierno se mantuvo en flotación mientras la oposición empezaba a dar algunos golpes. No fue fácil para Mercado hacerse de la gubernatura, por primera vez, se habló de gran fraude electoral; candidato del PAN –un priista empanizado- Crisóforo Salido, consiguió una cantidad de votos que prendió los focos rojos del PRI. Otros priistas se empezaban a pasar a otros partidos, fue el caso de Ruffo Velarde que ganó la presidencia municipal de La Paz con las siglas del PAN; Ricardo Gerardo Higuera optó por el PRD. El gobierno timorato de Mercado empezaba a dispersar priistas distinguidos.

Mercado Romero terminó su sexenio en medio de escándalos de enriquecimientos muy explicables; quema de papelería comprobatoria, negocios turbios y acusaciones populares de corrupción que, como veremos, después se harían materiales y judiciales.



La debacle. No fue raro que después del desastroso gobierno de Mercado, un priista, Leonel Cota sacara provecho de la situación. De familias humildes, con formación universitaria y participación política juvenil en la izquierda, Leonel Cota se afilió al PRI en cuanto terminó sus estudios en el DF. Rápidamente escaló el directorio priista; los puestos mas altos –presidencia municipal de La Paz y diputación federal- durante la administración –y con la anuencia- de Mercado Romero.




El siguiente candidato del PRI sería Antonio Manríquez, un priista de toda la vida, criado, educado y promocionado por el partidazo. Nadie dudaba que sería el próximo gobernador; lo habían preperado para tal empresa. El sistema priista trataba de reinventarse ante las presiones de sus críticos y accedió, por primera vez, a hacer una consulta interna, abierta a la ciudadanía. En efecto, la ganó Manríquez Guluarte con muy pocos votos sobre Cota Montaño quien, enseguida acusó al PRI de fraude y se pasó al PRD donde fue nominado.
Muchos priístas que no habían escalado la cúpula del partido encontraron en la disidencia leonelista su oportunidad y así, junto con otros desprendimientos del Revolucionario, que se sumaron a la izquierda histórica del PRD, supieron capitalizar el descontento contra el gobierno priísta saliente y la armaron en grande: ganaron la gubernatura por paliza.




Una vez en el poder Cota Montaños acusó de peculado a Mercado y a sus mas cercanos colaboradores, le quitó las oficinas al PRI –que eran de propiedad del Estado-, viejos funcionarios priistas fueron expulsados del gobierno, otros, por miedo, desaparecieron de la escena política. Una buena parte del priismo que no podría vivir fuera del presupuesto se afilió al PRD; otros, pactaron el silencio con el nuevo gobierno

El PRI quedó destrozado, desorientado y sin brújula.
En PRI en la oposición. Muy pocos permanecieron en el partido. No había los incentivos de antaño. Apenas si consiguieron algunos escaños en el congreso local, los diputados priistas empezaron a sentir el rigor de ser oposición. Eran “mayoriteados” tiro por viaje, la nueva mayoría del PRD se comportaba, exactamente como se comportó el PRI en sus días de gloria.
No solo porque el PRI fue desangrado por sus propios militantes que se fueron -a la campaña primero, al gobierno después- en oleadas. Aquel PRI pujante de guayabera blanca, abrazo estruendoso y promesas a cada paso, había desaparecido.
Aquellos próceres priistas sudcalifornianos que alguna vez presumieron los alcances de la Revolución Mexicana, parecían cansados.
Se podía ver por la ciudad, como fantasmas al exgobernador Mendoza Arámburo, al Gral Valdivia, a Liceaga Ruibal, deambulando como fantasmas, en busca de ojos y manos quien los reconozca, a quien saludar. Otros, se sabe, viven en La Paz o se han retirado a sus propiedades ganadas en sus días de gloria, rara vez se dejan ver, como si escondieran un pasado vergonzoso, es el caso de Manríquez Guluarte, Mercado Romero, Mario Vargas. Otros; los menos, han seguido en el partido y han tratado de revertir la situación como Román Pozo, Jesús Flores , Estela Ponce, Anita Beltrán, que han tenido que batallar, contra la falta de incentivos, la pobreza, el peso del grupo en el poder y a sus propias malas decisiones .
Dos sexenios ya llevan los priistas en la oposición, tiempo suficiente para advertir lo que se siente.

Sin los mandamás de antes, la clase política de segundo orden –que parecían de tercero- pelearon por el partido. Ya sin líder en el ejecutivo que todo lo podía como siempre fue su tradición, el PRI cayó en sucesivas manos de políticos desconocidos que lejos estaban de elaborar políticas de oposición, en el mejor de los casos, administraban las miserias, los despojos de lo que había sido el gran partido de estado; en el peor de los casos, trataban de pactar con el gobierno y vivir -of course- del presupuesto.
El PRI tocó fondo en el 2005 cuando postuló a Rodimiro Amaya a la gubernatura. Quien había sido priista distinguido, que abandonó el partido junto con Leonel Cota de quien fue secretario general y que, por no haber sido postulado por el dedo todopoderoso de Leonel, regresó al PRI en donde fue recibido con la postulación. Después, la campaña sería un enorme fracaso y Rodimiro desapareció del mapa mientras el PRI quedó aun más hundido.



Muy pocos priistas trataban de salvar al partido. Casi daba vergüenza ser del PRI. Fueron muchas las malas decisiones que prolongaron la cuasi agonía del PRI sudca que requería terapia intensiva urgente. Es Estela Ponce quien se mantuvo vigente en la política partidista nacional quien toma el PRI en completa decadencia y quien, al menos, detiene la caída.
Poco a poco han ido regresando los que no se fueron al PRD. Quienes han tomado conciencia de su papel de oposición y lo duro que resulta dicho papel. En las ceremonias priistas vuelven a aparecer algunos viejos políticos y también la sangre nueva del partido que, ahora, tiene que transformarse y dirigir el discurso a los jóvenes que no saben muy bien de que se trata el asunto. A quienes tenían 10 años cuando perdieron el poder en Sudcalifornia pero que hoy tienen veinte y credencial de elector.

Ya sin jefes natos, sin los recursos del estado, sin el tráfico de influencias, sin el control político a todos los niveles, el PRI empieza a recuperar terreno. En buena parte, por los triunfos nacionales y el posicionamiento político que ha manejado en el congreso nacional, pero también porque el grupo en el poder se empieza a resquebrajar. A medida que se acerca la sucesión de Narciso Agúndez, el PRD parece fraccionarse en tribus –como es su costumbre- tales tribus suelen tener pleitos fratricidas sin importarles dañar al partido y dar ventajas a la oposición. Estas desavenencias del PRD y el grupo en el poder, es el filón que deberá explotar el PRI en los próximos meses.


PRI nacional; PRI Sudca. Lo que sucede en el PRI nacional, no necesariamente sucede en Baja California Sur, el aislamiento secular y nuestra propia realidad, han hecho que no solo en el ámbito político, BCS, camine, a veces, a contracorriente. El PRI nacional, desde hace tiempo, avanza inexorablemente, a lo que parece, la recuperación de la silla presidencial. Se ha posicionado como casi seguro ganador en las próximas elecciones generales.
Ha mantenido cerca del 60% de los gobiernos estatales, igual número de presidencias municipales y en estas elecciones intermedias que acaban de pasar, el PRI, el viejo partido de estado, de nuevo, se levanta con la victoria.


A diferencia de otros estados, el PRI sudcaliforniano no mantuvo sus bases territoriales, esta condición ha hecho que en muchos estados, donde alguna vez perdió, el PRI encuentre la manera de regresar y ganar de nuevo el poder ejecutivo. En Sudcalifornia, las bases priistas hoy las detenta el PRD porque esta partido debe sus triunfos electorales no solo a las antiguas bases territoriales priistas, sino también a los próceres priistas que trasvasaron tales bases al PRD. Es decir, son las mismas, por lo tanto, requiere de un proceso de conversión reversiva.
Otra de las condiciones que ha hecho que el PRI regrese en otros estados es el mal gobierno de priistas o perredistas, situación que han aprovechado los priistas para enviar el mensaje de que ellos si sabían gobernar. Es el mismo mensaje que en el ámbito nacional siguen enviando ante las incapacidades evidentes de los gobiernos panistas en el ejecutivo nacional. Tanto Fox en el sexenio anterior, como Felipe Calderón en el actual, han presentado serias deficiencias para mostrar que eran mejores que los viejos priistas; mientras los priistas no pierden ocasión para recordar sus triunfos en el gobierno, su mano derecha y su mano izquierda en las formas de gobernar.


En Baja California Sur, los gobiernos perredistas tanto el de Leonel Cota como el actual de Narciso Agúndez no han dado oportunidad al PRI de mostrar las deficiencias y patrañas de tales gobernanzas. No porque no tengan –o hayan tenido- tales gobiernos motivos para ser acremente criticados, sino porque los priistas ya no tienen los canales de antaño para dirigirse al vasto público sudcaliforniano. La radio, la televisión y los periódicos que alguna vez comieron de la mano del viejo partido de estado, hoy los detenta el PRD y su gobierno.

Como podemos ver: las bases territoriales, los medios de comunicación, parte de la dirigencia del PRI, hoy están en manos del PRD. Es decir, el PRD se convirtió en el PRI de hace mas de una década. Funcionan igual, por lo tanto, difícil será para la nomenclatura priista, arrebatar el gobierno al PRD. Igual que el PRI en otros tiempos, el PRD sabe como mantener el poder. Igual que el PRI, sus próceres han subido en la escala social, también van a ver el box a Las Vegas y también compran mandado en San Diego. Igual que el PRI casan a sus hijos con buenas familias y aparecen en grandes titulares en las páginas sociales de los periódicos. Igual que los priistas, los próceres perredistas ya han cambiado sus casas de interés social por el caserón con lancha y carros para todos los miembros de la familia.

Igual que los priistas, las doñas perredistas no solo hacen trabajo solidario en el DIF, también juegan canasta, presumen las adquisiciones materiales de sus maridos y ya visten mejorcito; el dinero embellece y ya empiezan a distinguir entre lo casual, lo in o lo out en la moda.

Aunque en materia de cultura y trapicheo social, igual que los priistas: lo que natura no da; Salamanca non presta.

Reaparición. Después de una década de sequía el PRI ha tenido un éxito, impensable meses atrás: ganaron La Paz al PRD en las elecciones próximas pasadas al Congreso de la Unión. Dicho triunfo no se puede achacar ciertamente al gran trabajo territorial del PRI, tiene que ver mas que nada con las controversias entre los grupos perredistas, a la coyuntura de la sucesión.Por otro lado, parece que las agitadas aguas en la dirigencia del PRI estatal han amainado y aunque en estas elecciones pasadas han presentado candidatos sin esperanza de triunfo, es claro que el viejo partido de estado no desapareció a pesar de todo. Los columnistas priistas que se han mantenido en los periódicos, empiezan a sonreír en lugar de las amargas quejas; los próceres del PRI ya se dejan ver en busca de miradas y saludos en la calle, en charlas de café y actos del partido; los próceres aparecen otra vez en las páginas sociales, después de haber encabezado la policiaca; los que aguantaron el vendaval, se erigen como héroes y dan lecciones de sobrevivencia política; los agazapados salen de sus rincones en estado postraumático y cuando alguna que otra nostálgica guayabera blanca cruza la calle, nos recuerda que todo se puede esperar de la cambiante clase política sudcaliforniana….hasta el regreso triunfal del PRI.