Las noticias que proceden de la UABCS siguen en el mismo tenor de hace mas de dos décadas: emplazamiento, estallamiento, terminación de huelgas; renuncia del rector, demandas sindicales, negociaciones; conversaciones con el gobierno, estira y afloja, candidatos a rector, lucha por el poder que desata politiquería de todo tipo.
Desde su fundación, la UABCS, igual que muchas universidades públicas se han convertido en pozos sin fondos de recursos económicos y humanos, agencia de colocaciones y movimientos políticos, muchos de ellos, que ponen en duda la autonomía universitaria tan cacareada de manera conveniente.
Demasiados miramientos se ha tenido ante la universidad estatal. Hay cierto consentimiento de la prensa y de los propios universitarios a revisar de una vez por todas, el funcionamiento de una escuela que pierde prestigio de manera acelerada. Dos conceptos, dos categorías impide tanto a la comunidad universitaria como a la población en general, elaborar una crítica fuerte y constructiva acerca de la universidad que pagamos los ciudadanos con nuestros impuestos: la huelga y la educación.
La huelga. Un derecho inalienable de los trabajadores no es fácilmente criticable, sobre todo, cundo no se es parte del problema y no se tienen todos los elementos para opinar con autoridad. Cuando un colectivo se lanza a la huelga, se piensa, en general, que han hecho uso del último recurso para defender sus prerrogativas laborales, en efecto, el derecho de huelga debería ser sagrado.
Sin embargo, con el curso de los años, los emplazamientos, los estallamientos y los reinicios, son ciclos tan repetitivos, tan frecuentes, que hacen dudar del sacrosanto derecho. La suspensión de clases de la UABCS ha alcanzado hasta la irritación y el disgusto de los propios alumnos. Cualquier colegial, aunque sea de educación superior, sabe que pocas cosas causa mayor placer y encanto a un estudiante que la suspensión de clases. Eso lo dice todo.
Cuando se habla de una universidad, se entiende que es una comunidad modélica, en donde el diálogo y el consenso es posible por la inteligencia, la lucidez y la preparación, supuestos atributos infalibles de sus implicados, en la UABCS, dichos atributos no aparecen y al mínimo estímulo aparece la huelga. Uno se pregunta si los consensos, los acuerdos a que finalmente llegan una y otra vez, ¿podrían lograrlos con la universidad en pleno funcionamiento?.
Quizás tienen razones de sobra los trabajadores académicos y administrativos; quizás no se les ha resuelto lo prometido. Es sabido que las negociaciones, las promesas de un rector, le estallan al siguiente, pero también es sabido que, muchos de ellos son trabajadores bien pagados con privilegios que no tienen otros empleados, por ejemplo, los del estado o de la federación, algunos muy sobrevalorados con salarios cercanos a los cien mil pesos mensuales.
Educación. Siempre será un punto sensible para la sociedad. En la educación superior se juega buena parte del futuro cercano de una persona al ser una escuela de educación terminal donde se obtienen grados. Por lo tanto, las suspensiones de clases de manera repetitiva, seguramente repercuten directamente en la preparación del estudiante.
Tanto repercuten que las universidades privadas se empiezan a cargar de exalumnos de la UABCS cansados del estado de cosas. Universidades privadas que, desde los altos presupuestos de la UABCS, desde sus instalaciones envidiables, desde sus pomposos organigramas, ven de arriba hacia abajo a las universidades privadas que califican de escuelas “patito”, que son, en realidad, universidades baratas, que trabajan con presupuestos mínimos, con más ganas que estímulos monetarios de sus profesores y con más sacrificios económicos de tutores y estudiantes.
Con el desorden y el caos de la UABCS, es posible que a pesar de sus postgrados docentes, de su completísima biblioteca, de sus instalaciones deportivas, de sus investigadores de tiempo completo, de sus modernas aulas y aditamentos pedagógicos, de sus publicaciones y extensiones culturales, a estas alturas ya pueda, muy a pesar de los contribuyentes, recibir el adjetivo de “patito”.
La UABCS y la política. Quizás una de las grandes desviaciones de la UABCS y origen de buena parte de sus problemas, se encuentra en la participación política militante de sus altas autoridades.
Por otra parte, siempre se ha cuestionado la autonomía de las universidades públicas al depender de un presupuesto con origen gubernamental, es claro que las autoridades universitarias requieren de relaciones y negociaciones con los poderes del estado
Es imposible e indeseable –se entiende- que las diferentes instancias universitarias se alejen del análisis de los grandes problemas de estado; la crítica y el estudio de los asuntos cívicos, es claramente función universitaria, mucho mas, se entiende que la educación de una universidad pública contiene aspectos sociales ineludibles, deben ser parte de la currícula. Otra cosa es el compromiso de sus autoridades con partidos, grupos políticos, gobiernos y personajes del ámbito político electoral.
La UABCS ha mostrado diferentes etapas en cuanto a la participación política electoral de sus miembros mas prominentes. Durante los gobiernos del PRI, se decía que el rector y sus cercanos deberían ser aprobados por el gobernador en turno. En algunos gobiernos se mostró mayor o menor intervención en el nombramiento del rector y en los asuntos universitarios.
Con la caída del PRI, muchos de los universitarios se subieron al carro ganador del leonelismo y en su gabinete aparecieron personajes como el profesor Borges Contreras –candidato a rector- como encargado de las finanzas del estado después de renunciar como vocal del IFE, del mismo IFE que declaró el triunfo del neoperredismo. Igualmente el rector, maestro Jesús Druck y otros universitarios se incorporaron a las campañas y al grupo político que desfondó al PRI con las siglas del PRD. En el sexenio de Narciso Agúndez, uno de los rectores mas cuestionados, Jorge A. Vale Sánchez se incorpora al gobierno como secretario de Desarrollo y Fomento Económico del estado. “La Auditoría Superior de la Federación señaló como presuntos responsables del desvío de al menos 11 millones de pesos a varios ex directivos, entre ellos, Jorge Vale Sánchez, quien fungía como rector de la máxima casa de estudios en aquel periodo” –dice Gladys Rodríguez corresponsal de El Universal. A Vale Sánchez, en efecto, se le acusó desde diferentes instancias universitarias de peculado, de tráfico de influencias y de otras linduras y aun cuando fue inhabilitado por propia Universidad, fue premiado por el presente régimen con la Secretaría de Fomento.
Nada tendría de malo que los universitarios participen en política electoral a título personal y con sus propios recursos. Sin embargo, las acusaciones reiteradas contra exrectores y otros universitarios, ha sido el uso de los recursos económicos y humanos de la universidad puestos al servicio de un partido, de algún político, de alguna campaña electoral.
Es imposible, con la participación política electoral de los rectores y colaboradores, que la UABCS se pueda constituir en conciencia crítica de la sociedad. La rectoría de la UABCS ha fungido hasta hoy como trampolín político, no ha sido el prestigio académico el factor decisivo para su nombramiento.
Ultima llamada. Con la renuncia del maestro Rodrigo Guerrero, se abre otra oportunidad para la UABCS; también se abre la puerta de la politiquería, la intervención gubernamental y el manoseo político en busca del botín de recursos de escasa transparencia y del posicionamiento político para las próximas campañas, las próximas elecciones.
Pero quizás sea de las últimas oportunidades, quizás ya no hay margen, se ha abusado tanto de la institución que la han dejado en la quiebra económica y moral. Las formas de dirimir sus diferencias entre los diferentes grupos, afectan seriamente su elemental función, la huelga parece ser la estrategia prioritaria.
Pero quizás sea de las últimas oportunidades, quizás ya no hay margen, se ha abusado tanto de la institución que la han dejado en la quiebra económica y moral. Las formas de dirimir sus diferencias entre los diferentes grupos, afectan seriamente su elemental función, la huelga parece ser la estrategia prioritaria.
Tan celosos de su autonomía, es hora que los involucrados tomen conciencia que la UABCS funciona con recursos del erario, es decir del bolsillo de los contribuyentes para el cual no hay autonomía que valga.
1 comentario:
Analítico y acertado habéis en esta ocasión estado, médico. (Y pensándolo bien, ¿cuándo no?)
La UBCS (sic), el derecho de huelga, las grillas, una autonomía que no osa manifestarse con buenas razones y la ausencia de concienmcia crítica en las aulas de esa casa "patito" son temas que han sido pasados por el filo de vuestro bisturí con elegancia. Cuando dirija un periódico diario, estarás en lugar de privilegio entre los opinadores.
Un abrazo de el juan
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