domingo, 4 de abril de 2010

EL PAN. AUSENCIA DE CONSERVADORES EN BCS

Uno de los tres grandes partidos de BCS casi ha desaparecido del panorama político. Hoy se ve mas insignificante que el PT y resto de los partiditos. Muchas razones tiene el PAN para estar en esa situación. Desde las luchas internas, el intento de cacicazgo de Coppola, el éxodo de militantes, los fracasos de los gobiernos nacionales, hay muchas otras causas que hacen suponer que los conservadores en BCS, están en peligro de extinción.

Los pocos panistas sudcalifornianos se han podido subir a los carros de las delegaciones federales, anexar su voz a los antiabortistas, contra el matrimonio homosexual y hoy medran con la muerte del Lic. Jonathan Hernández.

El lunes quince de marzo, el día del informe del gobernador, un grupo de unos quince a veinte panistas, irrumpieron, primero la explanada, luego el recinto legislativo con camisetas azules distintivas, banderas con el logotipo panista, cartulinas con consignas, mantas y demás parafernalia protestante.

Enseguida dejaron ver su novatez en el arte de la manifestación y el sabotaje. Ciertamente el ruido que hicieron exasperó al gobernador y compañía, movilizaron al guaruraje y hasta fotografiaron bien en los noticieros locales. Ya en vivo se advertía que necesitaban con urgencia un curso de marcha, manifestación, sabotaje y provocación impartido por la izquierda ixtapalapense o por cualquier fósil de la UNAM.

La mecánica de la protesta era como sigue: con un altavoz, el líder de los manifestantes panistas gritaba una consigna, el resto completaba la frase, como si de una letanía religiosa –huellas del origen católico del partido- se tratase. El del altavoz profería, por ejemplo: -¡Narciso Agúndez!- los demás respondían -¡fuera!- Hasta ahí todo bien, el guion se cumplía y los veinte se escuchaban como una gran multitud. Cumplían su cometido, digamos.

Pero en varias de estas letanías, el grupo falló, lo que denotaba la carencia de ensayo, repetición y experiencia. -¡Gobernantes con arraigo!- En unas de esas gritó el del altavoz- ¡No queremos!- respondieron los panistas. Era evidentemente una puya contra el Secretario General de Gobierno de quien se dice que tiene origen salvadoreño.

Aun con falta de ritmo y de sincronía, los panistas, lograron poner atención y reaccionar cada vez que Narciso Agúndez se refería a la obra federal como logros propios y si mencionaba el nuevo hospital Salvatierra, interrumpían con el grito -¡Calderón!; si se refería a la carretera de cuatro carriles, de nuevo -¡Calderón!-. Aun con todo y fallas, el PAN logró apuntarse un triunfo porque al menos se mostró como un partido opositor, porque incomodó al gobernador y su equipo y porque al fin salieron de su madriguera y algo se supo de este partido agazapado que parecía extinto.

Cuando terminó la entrega del V informe del gobernador a los diputados, pasados los discursos y los grotescos gestos del gobernador en su claro afán de enseñar el cobre; una vez que se hicieron los homenajes a la bandera y se cantó el himno nacional, algunos de los panistas caminaron sigilosamente hacia la parte de atrás del honorable congreso, voltearon para todos lados, otearon el horizonte y doblaron como origami la cartulina –casi la desaparecieron- de las consignas; en brusco, relampagueante movimiento se levantaron y quitaron la camiseta azul, enseñaron su ropa habitual, unos y otros salieron por los pasillos del Palacio de Gobierno con rumbos diferentes, con las manos en la bolsa y entonando un silbidito de satisfacción; de cumplimiento del deber, con la vista fija en lontananza y quizás en un billete de los grandes. Nada malo para dos horas de gritos destemplados, arrítmicos y descompasados.

Ha sido un éxito de los conservadores que no salen a la calle pero tienen quien lo haga por ellos y es que gritar, manifestarse, no es muy nice, hay que pagar por el servicio. No se puede actuar como Noroña y al otro día salir en las sociales; no se puede gritar consignas a favor del “pueblo” y encabezar la portada de la revista Quienes. Hay que ser congruentes…¿noooo?.

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