Como el PRI no tenía rival, los costos de las campañas no eran tan onerosos. Los ricos hacían su parte, los políticos la suya. Si bien, los candidatos requerían de su visto bueno, confiaban en la maquinaria PRI-gobierno para proteger sus intereses. Todos felices, todos contentos.
Así, en esa armonía, el binomio poder político y económico transitó de la mano. Unos bloqueaban la competencia de los otros, los ricachones agradecían con aprobación monetaria, esta transacción provinciana fue cesando en la medida que entrábamos al siglo XXI.
Poco a poco, el desarrollo cabeño concitó capitales internacionales, fiebre de construcción y avidez por la tierra. En la medida que Los Cabos crecía y se desarrollaba, las familias sudcalifornianas dueñas del capital perdían preeminencia política y económica. Acudían a BCS grandes corporaciones trasnacionales que hacían ver a los antiguos ricos sudcalifornianos como, pobretones pretenciosos, atrasados aldeanos.
Con la llegada al poder del PRD, esta inercia se rompió. Los comerciantes y ricos sudcalifornianos que pactaban con el PRI y los gobiernos que emanaban de ese partido, se vieron ante un poder político con el que no habían negociado, éstos a su vez, llegaban al poder sin ningún compromiso con los ricachones sudcas. Así, el poder económico se diversificó; las rancias familias sudcalifornianas de comerciantes se vieron obligadas –como hoy vemos- a competir con grandes cadenas de supermercados, con otros capitales, con otro tipo de poder económico, mucho más vigoroso, con intereses nacionales y aun trasnacionales.
Esta penetración de capitales se intensificó con el desarrollo portentoso del polo sur del Estado en las últimas dos décadas. Pujantes cadenas hoteleras nacionales y trasnacionales, franquicias mundiales, compañías de servicios turísticos de todo tipo, además de los negocios colaterales, han propiciados no solo una gran explosión demográfica, es decir, una gran cantidad de electores, también han estimulado la organización de entidades que protegen, patrocinan, promueven el destino turístico y que demandan del estado, seguridad, confianza y estabilidad para llevar a cabo sus negocios.
Por hoy, Los Cabos es casi la única región de BCS que abre fuentes de trabajo, que genera impuestos; que absorbe a los egresados de educación media y superior; que permite lucir un desempleo menor a la media nacional y al gobierno, tomarse la foto con gente VIP en inauguraciones y aniversarios de marcas mundialmente conocidas; en torneos de pesca, de golf y demás actividades del jet set, tan diferente a la aburrida oligarquía sudcaliforniana.
Por lo tanto, la creciente importancia de los grupos económicos de Los Cabos, se refleja en los diferentes niveles de gobierno. Es obvio que quien se sabe dueño del poder económico, también desee –exija- el poder político y nunca como en la actualidad, el Gobierno del Estado y el Congreso parecen estar a las órdenes de estos poderosos grupos establecidos en el sur del Estado. Tanto el gobernador como el Secretario General de Gobierno son ex presidentes municipales de Los Cabos.
Por lo tanto, la creciente importancia de los grupos económicos de Los Cabos, se refleja en los diferentes niveles de gobierno. Es obvio que quien se sabe dueño del poder económico, también desee –exija- el poder político y nunca como en la actualidad, el Gobierno del Estado y el Congreso parecen estar a las órdenes de estos poderosos grupos establecidos en el sur del Estado. Tanto el gobernador como el Secretario General de Gobierno son ex presidentes municipales de Los Cabos.
Lo paradójico de este asunto es que en el papel, en los estatutos y en la imagen pública, el gobierno de BCS es un gobierno de izquierda, de una izquierda muy sui generis que ya confunde a sus propios creadores. Este duradero romance con los grandes capitales nacionales y trasnacionales parece que no era parte del guión cuando se operó, desde el gobierno perredista de Leonel Cota la gubernatura para Narciso Agúndez. Quizás, a estas acciones del gobierno actual, obedecen las notables diferencias de Leonel Cota y el Frente Democrático Sudcaliforniano (FDS) y el gobierno de Agúndez y sus más cercanos colaboradores.
ELECCIONES Y DINERO. Una de las certezas que se constatan elección tras elección en el México de la transición democrática, es que quien posee recursos económicos, tiene mayores posibilidades de ganar las elecciones. Por hoy, han sido los gobiernos quienes, de alguna u otra manera ayudan con recursos de todo tipo a su partido y su candidato a ganar elecciones, son quienes tienen mayores posibilidades de conservar el poder. Cuando el gobierno, además encuentra alianzas de conveniencia con el poder económico, el triunfo es seguro. Quizás estas son las armas con las que cuenta Narciso Agúndez cuando llegue la hora de impulsar a su candidato a la gubernatura de BCS.
Ya lo pudieron constatar en las elecciones próximas pasadas a la diputación federal, la cantidad de votos sospechosos de Los Cabos dio el triunfo al Profr. Víctor M. Castro Cosío, mientras en La Paz casi empata en votos de la oposición. Cuando se tiene dinero, también se tienen buenos operadores –o mapaches, de la era pre democrática priista- Finalmente, antes o después, nuestros próceres requieren de dinero para ganar elecciones y en Los Cabos las grandes corporaciones están dispuestas a soltarlo con tal de hacerse del control político del estado.
Esto es, como nunca, el dinero circulante será un factor decisivo en las próximas campañas políticas. Es el PRD y los recursos que provienen del IFE los que estarán en juego en los próximos meses preelectorales. Una fuente de financiamiento nada despreciable cuya disputa pondrá en juego la influencia de los grupos políticos sobre el partido en el que se han movido en la última década. Para Narciso Agúndez y los capitales cabeños las prerrogativas económicas del IFE son una bicoca, pero será muy importante evitar que tal fuerza económica caiga en manos de personajes ligados al FDS.
TERRENOS, INVASIONES. La avidez de los grupos económicos es evidente en todo el Estado. Los desarrolladores de servicios turísticos han andado y desandado el estado en busca de las irregularidades legales de terrenos que, mediante un buen bufete de abogados, operadores que invaden o reclaman terrenos para sí, además de una pequeña ayuda de los amigos, se puedan hacer con una reserva de tierra para llevar a cabo impensables desarrollos.
Fue el propio Leonel Cota cuando Presidente Municipal de la Paz, quien licitó terrenos baratos para desarrollos turísticos caros y exclusivos, fueron la venta de El Mogote y El Cerro de la Calavera las transacciones más controvertidas, que se justificaron con el asunto de la deuda municipal paceña. A pesar de la oposición de grupos ecologistas, de organizaciones de la sociedad civil, de abajofirmante varios, dicha transacción se llevó a cabo –después se sabría- con gran ventaja de los compradores. Como siempre, se sospechó que en dicha venta estaban implicados funcionarios públicos que se beneficiaron directa o indirectamente con el negocio.
Los mismos intermediarios, prestanombres, desarrolladores, empresarios, o como quiera llamarse, que en el gobierno de Cota Montaño actuaban como compradores, aparecen en los medios públicos en la actualidad. Solo los proyectos han cambiado, ahora es Punta Belcher, en la zona de la Bahía de Magdalena, las tierras asediadas por estos grupos económicos. Ya lo señalaba Filiberto Beltrán -qepd- organizador de cooperativas pesqueras- que las constantes visitas de Luis Cano, apuntaban al despojo legaloide de miles de hectáreas de la zona.
Quizás muchas de estas negociaciones se han hecho al amparo del poder, con información privilegiada, con la ventaja del vasto capital y con la ignorancia de los propietarios de la tierra; otros han sido amenazados desde instancias paraoficiales como se ha podido saber en algunos casos. Acciones que demuestran una escalada de adquisición de terrenos, en la que, seguramente están implicadas trasnacionales que requieren de espacio vital para su expansión.
Sin embargo, con la formación del FDS, una de las primeras y tronantes declaraciones de Cota Montaño fue dirigida contra los invasores de terrenos, prohijados por el propio gobierno de Narciso Agúndez, quien a su vez, ya tenía a cuestas el pecado de La Purísima, cuando en compañía de otros cabeños presentaron cartas de residencia apócrifas con el fin que se le fueran asignadas terrenos ejidales que habrían de liberarse del viejo régimen agrícola postrevolucionario. Aun así, Cota Montaño lo eligió como su delfín.
Aunque Cota Montaño amenazó con dar a conocer los nombres de quienes han operado invasiones y despojos, hasta la fecha no se han concretado, es posible que pueda dar a conocer a la infantería, en donde aparecen –de ubicua manera- César Uscanga y otros, que quizás representan solo la parte superficial de un asunto que es mucho mas grave de lo que parece.
Por lo tanto, Cota Montaño y su gobierno requieren hacer un claro deslinde que permita colocar a cada quien en su lugar.
HOTELERO A TUS HOTELES. No fue ninguna sorpresa que un empresario hotelero panista de Los Cabos contendiera por la gubernatura de BCS o por una senaduría. Se entiende por la tradición panista y por los intereses que siempre han protegido. En efecto, el Sr. Coppola es el prototipo de quien a partir del poder económico, busca el poder político en representación de una clase, de un grupo, de un gremio. Y así ha sido.
Al principio de su gestión senatorial era casi la única voz opositora que se podía escuchar en el Estado. Habida cuenta que desde la ascensión del PRD, los medios de comunicación más frecuentados por la población fueron conquistados y seducidos por Leonel Cota y luego, por extensión, por Narciso Agúndez, el senador Coppola, gracias a su acceso libre al periódico El Peninsular, hacía sentir su presencia con críticas duras y descarnadas, igualmente los editoriales de dicho periódico no se ceñían –como el resto- a los designios del poder político.
De manera paulatina, las puyas de Coppola a Narciso Agúndez fueron disminuyendo, en la medida que el grupo en el poder, se plegaba a los intereses del empresariado que pulula en el sur. Coppola vio en menos de tres años, como un gobierno de izquierda lo rebasó por la derecha.
De pronto, advirtió que no tenía intereses que proteger, que el poder político de BCS hacía el trabajo que le habían encomendado, que a causa de su actividad política hasta peligraba su posición económica; recibió los fuertes empellones de dicho poder con la huelga que cerró el hotel de su propiedad, invasiones en predios propios y otras desventuras aderezadas con balazos y advertencias canallescas: “hotelero a tus hoteles” fueron atenuantes de sus andanzas políticas.
COLOFÓN. Todo hace suponer que la lucha por el poder será cruenta y brutal. Cuando a las pasiones políticas se mezclan con el dinero; cuando este coctel explosivo se lleva a la calle y a las urnas; cuando los protagonistas están dispuestos a todo; cuando los proyectos millonarios ya están en marcha y algo –o alguien- los amenaza, parece que no hay mediación posible, ninguna negociación atempera los ánimos.
Sin embargo, hay tantas coincidencias, como hemos podido ver, entre el gobierno de Leonel Cota y el de Narciso Agúndez respecto de la administración de la tierra, que no extrañaría que un buen día, un día cualquiera, juntos Narciso y Leonel, anuncien una candidata de unidad con todo el apoyo del gobierno, del PRD –y partiditos- del FDS y hasta de El Peje; que Punta Belcher se venda, que vacacionen en Ensenada de Muertos, perdón … en Bahía de los Sueños, que adquieran centenarios de la Sierra de la Laguna, que recalen de vez en cuando a Loreto Bay y que vivan por siempre muy felices compartiendo condominios VIP en El Mogote.
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