viernes, 23 de marzo de 2012

EL INFORME

COMENTARIO QUE APARECE LOS MIERCOLES EN EL CANAL 9 DE MEGACABLE, LA PAZ
(COMENTARIO QUE SALE LOS MIERCOLES EN EL NOTICIERO DEL CANAL 9 DE
MEGACABLE)
Cada vez que se celebra un informe, ya sea de los estados o de la presidencia de la República, aparecen las voces que rechazan este tipo de informes y que abogan por un cambio en el formato que va desde la entrega del informe por escrito, el informe directo a la sociedad o solo ante el legislativo con preguntas y respuestas y múltiples maneras de llevarlo a cabo.
Nadie se pone de acuerdo y a mas de 12 años de alternancia, el informe sigue teniendo la misma conformación que le dio el binomio PRI-Gobierno que gobernó mas de setenta años. El informe tal como lo conocemos, se instauró para lucimiento del gobernante: una retahíla de cifras y cantidades difíciles de interpretar, solo se habla de éxitos, el gobernante indica con sus pausas y acentos el momento de aplaudir; se realiza en un gran recinto y se lleva público acarreado para llenarlo; se gastan –en consecuencia- millonadas en transporte, hoteles, comida, música, porque es una fiesta y porque hay que atender a los invitados, es, en suma, “El día del gobernador”, después de la somnolienta lectura de números, realizaciones y frases grandilocuentes, alguien pronuncia un discurso que exalta y engrandece al hombre que lleva los destinos del estado, finalmente, recibe felicitaciones de las fuerzas vivas, algo que los maldicientes llaman el besamanos.
El informe actual es el de otros tiempos, my ad hoc de las viejas glorias de mandatario intocable e infalible, de partido único y legislaturas unánimes; cuando el mandatario nos hacía el favor de informarnos. Pero el país, el estado han cambiado y una nueva sociedad merece que se le informe de otra manera. En países con tradición democrática, los informes del estado de la administración pública se hacen dos o tres veces al año, ante el congreso –se supone que son nuestros representantes- por exigencia de la legislatura, con derecho a preguntas, cuestionamientos, aclaraciones y posteriormente recomendaciones, enmiendas, incluso rechazo de los partidos. No se
llevan acarreados, ni invitados de honor, ni hacen fiesta y si acaso alguien aplaude, serán los compañeros de partido del gobernante. Es decir, una ceremonia republicana, normal, democrática, el informe de un gobernante que no compromete –para nada- los siempre escasos centavos públicos

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