Al matrimonio
extranjero –que bien entendían español- les explicamos la situación, obviamente
nadie entendió la pertinencia de tratar el asunto en un restaurante, de manera
tan grosera e incómoda para quienes estábamos ahí. El tipo de las “ordinarieces”,
es actualmente senador. No era raro pues, que Luis Coppola terminara repudiado
por los propios panistas.
Eran días de
decisiones. Luis Coppola no se había podido hacer con el partido al que
pertenecía, que a su vez, estaba a punto de dar el golpe de su vida en
Sudcalifornia: nominar candidato a Marcos Covarrubias –con los resultados conocidos-
el senador Coppola se había acercado –en esos días- a Leonel Cota y con el
mutis que le hicieron en el PAN, el senador olía a cadáver político. Sus nuevas
alianzas, no parecían estar en mejor posición. Para Coppola, después de la
senaduría se abría el abismo.
A sus nuevas
amistades tampoco les habría de ir muy bien. Narciso Agúndez había podido
imponer a Luis Armando Díaz en la candidatura a despecho de los Cota Montaño
que amenazaban con dejar el PRD. En esos días, ambos Leonel Cota y Luis Coppola
habrían de efectuar una simbólica toma de café en un céntrico mentidero, la
prensa dio parte del asunto, sendas entrevistas para radio de Los Cabos
aclararían que en realidad siempre fueron amigos, que los separaron malos
entendidos, que amigos comunes animaron el acercamiento, etc.
En realidad,
el acercamiento lo habría propiciado su enemistad con Narciso Agúndez a quien
Coppola culpaba de la huelga de Los Arcos –de su propiedad- Cota Montaño, lo
culpaba de deformar las políticas de izquierda del PRD. Estaban de acuerdo –Copola
y Leonel- en combatir las invasiones de terrenos operadas por un amigo de
Narciso y claro “de luchar por el progreso de Baja California Sur”.
Al PAN le había
ido bien que no necesitaban a Coppola; al PRD le fue tan mal que amenazaba con
desaparecer después de las elecciones del año pasado, de cualquier manera,
Leonel Cota ya había abandonado el PRD.
Historia de desencuentros. Desde que Leonel Cota accedió a la
gubernatura de BCS, Coppola se convirtió en un enemigo incómodo. Con un
periódico de su propiedad, Luis Coppola atizó con dureza casi cualquier acción
de Cota Montaño, asimismo dio albergue a todo aquel resentido -o no- que
quisiera escribir en contra de Leonel Cota y su gobierno. Cota Montaño había
armado toda una estrategia de comunicación a su favor desde el gobierno. De
esta manera, la única crítica que hubo en el gobierno de Leonel Cota se realizó
en El Peninsular. La crítica de El Peninsular era tan obvia que perdía
eficacia. Con solo leer el titular de El
Sudcaliforniano –alienado con los intereses del gobierno perredista- se sabía
que, exactamente lo contrario se publicaría en El Peninsular.
Las armas
arrojadizas más frecuentes que El Peninsular- Coppola usaron contra Leonel y su
gobierno fueron: el nepotismo: “El
nepotismo y la corrupción son la constante en los gobiernos perredistas de
Leonel Cota Montaño (1999-2005) y de su primo, no reconocido, Narciso Agúndez
Montaño”- decía Coppola en su día; otra de las críticas que
Coppola hacía a Leonel eran los terrenos que vendió en La Paz, lo que llamaba, “El
malbaratamiento de El Mogote: “Se
vendieron 350 hectáreas, a 13 pesos por metro cuadrado: 45 millones de pesos, a
Luis Cano Hernández.” Agregaba que además “Cota también vendió 72 hectáreas del Cerro de la Calavera, a cuatro
pesos por metro cuadrado a una empresa inmobiliaria. Luego de urbanizar el
lugar, la empresa vende el metro a 200 dólares”. También lo acusaba de
medrar con el transporte público, de hacerse del control de una empresa
manejada por parientes del propio Leonel.
Posteriormente Coppola acusaría a Leonel Cota de utilizar
recursos públicos para apoyar a su hermana Rosa Delia en la consecución de una
diputación primero, luego, la alcaldía de La Paz. En ese mismo tenor, le
imputaría la coronación de su primo Narciso Agúndez como candidato y luego como
gobernador. En una larga entrevista en Reforma –mayo 2005- Luis Coppola hacía
toda clase de reproches al entonces gobernador, tal entrevista fue publicada
con el título: Es Cota el principal foco
rojo: Coppola.
La respuesta. Fue
Cota Montaño un gobernador todopoderoso, el control que ejerció sobre la prensa
fue apabullante, por eso, las constantes críticas de El Peninsular – Coppola
hacían poca mella. Sin embargo, fueron tantas ocasiones que este periódico
implicaba a Leonel Cota en cuanta ratería o maniobra chueca que en una ocasión,
el gobernador Cota Montaño decidió llamar la atención sobre el asunto: “voy a presentar denuncias civiles y
penales contra algún grupo de gente dedicada diariamente a inventar cualquier
mentira para tratar de incidir en la opinión pública del estado en contra de mi
familia",
enseguida dio a conocer el nombre “por
personajes del dinero en el estado, Luis Coppola, de manera particular y sus
aliados políticos”, luego revelaría que la enemistad surgió “cuando este le pidió que declarara
inexistente la huelga de su hotel, y además que expulsara al dirigente de Gastronómico
del sindicato”. Obviamente, yo no accedí, vinieron palabras fuertes, le dije yo
no trabajo contigo ni estoy a tu servicio, la ley es la ley y se va a respetar
la huelga de los trabajadores de Los Arcos, y se va a respetar a la dirigencia
de los Gastronómicos". (El
Sudcaliforniano 6 de febrero de 2008)
Posteriormente, cuando Luis Coppola accedió a la
senaduría plurinominal por el PAN, toda la clase de insidias y zancadillas que
publicaba en El Peninsular, tuvieron mayor eco, la posición le daba acceso a
medios nacionales de todo tipo. Columnistas como Ricardo Alemán citaban
constantemente las acusaciones de Coppola a los mandatarios perredistas Leonel
Cota y Narciso Agúndez. Nepotismo, negocios sucios, venta del patrimonio,
invasiones, eran los temas en los que Coppola implicaba a Leonel Cota.
El encuentro. Un día,
-13 de mayo 2010- sin más ni más, aparecieron –ambos abstemios- departiendo una
taza de café en la terraza del Hotel Perla, obviamente era un encuentro privado
con toda la intención de ser público. Llamó la atención que después de años de
dimes y diretes entre ambos, la pipa de la paz se imponía. Quien impulsaba esa
entente Leonel Cota – Coppola, era sin duda, Narciso Agúndez. Los intereses de
ambos los interrumpía Narciso Agúndez y su posicionamiento en las elecciones
del 2011. Ni a Coppola ni a Leonel les convenían los movimientos de Agúndez
para dejar el poder. Eso fue suficiente para empezar a montar una alianza
aparentemente contranatural, la de un izquierdista convencido y el de un derechista
contundente. No era así, después demostrarían que se parecían más de lo que
estaban dispuestos a aceptar.
Caminos que se
ensanchan. La elección del 2011 que impuso a Luis A. Díaz como
candidato del PRD, dejó a Cota Montaño sin poder acceder a una parte del pastel
del poder. Agúndez había tomado una serie de seguros para su salida, entre
ellas, la candidatura de Marcos Covarrubias –quien le había jurado amor eterno
en un mitin perredista- por el PAN. Dos cartas en juego con muy escasas
posibilidades de fallo.
Tal movimiento de Narciso Agúndez dejó con el trasero al
aire también a Coppola que ni siquiera había sido tomado en cuenta en su
partido. Al contrario, desde octubre de 2010, Alfredo Zamora había anunciado “un
proceso de expulsión"
en contra de Luis Coppola Joffroy, luego explicaría que “Coppola ha violentado con sus declaraciones y discursos agresivos, los
estatutos del PAN”. La ruptura con su partido estaba hecha, acusaba a la
dirigencia del PAN de estar a las órdenes de Narciso Agúndez, a su vez, la
dirigencia le reviraba con lo siguiente: “quien
es uña y mugre de los Cota Montaño es precisamente Luis Coppola. El y Leonel
Cota se amafiaron para tratar de despojar de unos terrenos a la familia Green
en Los Cabos".
Fuera del
PAN, Luis Coppola, al final de las campañas del 2011, no le quedó mas que
apoyar al candidato del PRI. Al inicio de ese año, Ricardo Barroso y el PRI
daban a conocer el apoyo del senador panista.
Caminos que se unen. Igual que Coppola, Leonel Cota no
podía apoyar ni a Luis A. Díaz ni a Marcos Covarrubias, estaban ambos
–Coppola/Leonel- fuera de la jugada. Sin embargo, Leonel, confiaba en sus
recursos políticos así que abandonó el PRD y después de coquetear con el verde
ecologista, decide, al final, contender por la alcaldía de Los Cabos por el
PANAL, el partido de Elba Esther Gordillo.
Esta decisión
de Leonel Cota, no quedaría ahí. Si era capaz de ponerse a las órdenes de la
Gordillo, nadie imaginaría que apoyaría al PRI. El PANAL tenía una candidata a
la gubernatura, lógico era que apoyara a dicha candidata. El enorme Granados
Chapa lo cuenta mejor: “Leonel
Cota parece haber sentido nostalgia por su remoto pasado y, como candidato de
Nueva Alianza a la alcaldía de Los Cabos, llamó a votar por Ricardo Barroso
Agramont, candidato del PRI, no obstante que el Panal cuenta con su propia
candidata, Blanca Estela Meza Torres, y sería de esperar que por mínima y lógica
solidaridad instara a sufragar por su compañera de planilla, por así decirlo.
Pero la lógica, que no suele hacer buenas migas con la política..- escribió
el gran periodista en una de sus “Plaza Pública” en abril del 2011.
En
efecto, los caminos del Coppola y Leonel Cota, tan separados en un tiempo, que
empezaron a unirse hace dos años, culminaron con el apoyo de ambos al PRI.
La kafkiana. Este periplo de dos
pícaros personajes no podía estar completo si no se culmina con el último
episodio protagonizado por ambos. Si la historia de encuentros y desencuentros,
que como cualquier telenovela termina en días felices, el final no es, aunque
el lector se sorprenda, el apoyo de ambos al PRI.
No es así, el
camino convergente termina en que ambos, ahora, son candidatos en las próximas
elecciones generales, no por el PRI ni por el PAN, sino por el PRD y sus
alianzas. Leonel Cota a senador, Luis Coppola a la diputación por el II
distrito. ¿Cómo explicarlo?. Es una historia que Franz Kafka sin rubor –y con
asombro, quizás- firmaba como suya.
La historia
tiene un punto de quiebre en algún lado. En efecto, es por obra y gracia de Andrés
Manuel López Obrador –convertido en todopoderoso gurú- que se llevaron a cabo
las negociaciones para que Leonel Cota y Luis Coppola, en un arranque pacifista
y de amor al prójimo deja con el trasero al aire a una enorme cantidad de
perredistas serios, izquierdistas rectos y al PRD sudcaliforniano con un tono
de burla que lo hunde –aun más- en el
desprestigio y la vergüenza.
artmeza55@hotmail.com
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