martes, 5 de junio de 2012

LEONEL COTA- LUIS COPPOLA: CAER PARA ARRIBA

Introducción. Hace unos dos años, junto con un matrimonio extranjero acudimos a un tranquilo restaurante de la ciudad. Más allá, otros comensales en grupo departían animadamente. De pronto, una voz estruendosa e iracunda irrumpió la tranquilidad del comedero. El tipo que levantaba la voz se refería a la ley del matrimonio homosexual que se aprobó en el DF. El lenguaje florido era digno de cantina de mala muerte, llamó –desde luego- la atención de todos los presentes el tono reprobatorio tan contundente a la mencionada ley. Hablaba una persona profundamente conservadora y algunos se preguntaban quien era –Es el senador Coppola- identificó alguien. Inmediatamente otro comensal agregó –Es senador por el PAN- .
Al matrimonio extranjero –que bien entendían español- les explicamos la situación, obviamente nadie entendió la pertinencia de tratar el asunto en un restaurante, de manera tan grosera e incómoda para quienes estábamos ahí. El tipo de las “ordinarieces”, es actualmente senador. No era raro pues, que Luis Coppola terminara repudiado por los propios panistas.

Eran días de decisiones. Luis Coppola no se había podido hacer con el partido al que pertenecía, que a su vez, estaba a punto de dar el golpe de su vida en Sudcalifornia: nominar candidato a Marcos Covarrubias –con los resultados conocidos- el senador Coppola se había acercado –en esos días- a Leonel Cota y con el mutis que le hicieron en el PAN, el senador olía a cadáver político. Sus nuevas alianzas, no parecían estar en mejor posición. Para Coppola, después de la senaduría se abría el abismo.

A sus nuevas amistades tampoco les habría de ir muy bien. Narciso Agúndez había podido imponer a Luis Armando Díaz en la candidatura a despecho de los Cota Montaño que amenazaban con dejar el PRD. En esos días, ambos Leonel Cota y Luis Coppola habrían de efectuar una simbólica toma de café en un céntrico mentidero, la prensa dio parte del asunto, sendas entrevistas para radio de Los Cabos aclararían que en realidad siempre fueron amigos, que los separaron malos entendidos, que amigos comunes animaron el acercamiento, etc.

En realidad, el acercamiento lo habría propiciado su enemistad con Narciso Agúndez a quien Coppola culpaba de la huelga de Los Arcos –de su propiedad- Cota Montaño, lo culpaba de deformar las políticas de izquierda del PRD. Estaban de acuerdo –Copola y Leonel- en combatir las invasiones de terrenos operadas por un amigo de Narciso y claro “de luchar por el progreso de Baja California Sur”.

Al PAN le había ido bien que no necesitaban a Coppola; al PRD le fue tan mal que amenazaba con desaparecer después de las elecciones del año pasado, de cualquier manera, Leonel Cota ya había abandonado el PRD.

Historia de desencuentros. Desde que Leonel Cota accedió a la gubernatura de BCS, Coppola se convirtió en un enemigo incómodo. Con un periódico de su propiedad, Luis Coppola atizó con dureza casi cualquier acción de Cota Montaño, asimismo dio albergue a todo aquel resentido -o no- que quisiera escribir en contra de Leonel Cota y su gobierno. Cota Montaño había armado toda una estrategia de comunicación a su favor desde el gobierno. De esta manera, la única crítica que hubo en el gobierno de Leonel Cota se realizó en El Peninsular. La crítica de El Peninsular era tan obvia que perdía eficacia. Con solo leer el  titular de El Sudcaliforniano –alienado con los intereses del gobierno perredista- se sabía que, exactamente lo contrario se publicaría en El Peninsular.

Las armas arrojadizas más frecuentes que El Peninsular- Coppola usaron contra Leonel y su gobierno fueron: el nepotismo: “El nepotismo y la corrupción son la constante en los gobiernos perredistas de Leonel Cota Montaño (1999-2005) y de su primo, no reconocido, Narciso Agúndez Montaño”- decía Coppola en su día; otra de las críticas que Coppola hacía a Leonel eran los terrenos que vendió en La Paz, lo que llamaba, “El malbaratamiento de El Mogote: “Se vendieron 350 hectáreas, a 13 pesos por metro cuadrado: 45 millones de pesos, a Luis Cano Hernández.” Agregaba que además “Cota también vendió 72 hectáreas del Cerro de la Calavera, a cuatro pesos por metro cuadrado a una empresa inmobiliaria. Luego de urbanizar el lugar, la empresa vende el metro a 200 dólares”. También lo acusaba de medrar con el transporte público, de hacerse del control de una empresa manejada por parientes del propio Leonel.

Posteriormente Coppola acusaría a Leonel Cota de utilizar recursos públicos para apoyar a su hermana Rosa Delia en la consecución de una diputación primero, luego, la alcaldía de La Paz. En ese mismo tenor, le imputaría la coronación de su primo Narciso Agúndez como candidato y luego como gobernador. En una larga entrevista en Reforma –mayo 2005- Luis Coppola hacía toda clase de reproches al entonces gobernador, tal entrevista fue publicada con el título: Es Cota el principal foco rojo: Coppola.

La respuesta. Fue Cota Montaño un gobernador todopoderoso, el control que ejerció sobre la prensa fue apabullante, por eso, las constantes críticas de El Peninsular – Coppola hacían poca mella. Sin embargo, fueron tantas ocasiones que este periódico implicaba a Leonel Cota en cuanta ratería o maniobra chueca que en una ocasión, el gobernador Cota Montaño decidió llamar la atención sobre el asunto: “voy a presentar denuncias civiles y penales contra algún grupo de gente dedicada diariamente a inventar cualquier mentira para tratar de incidir en la opinión pública del estado en contra de mi familia", enseguida dio a conocer el nombre “por personajes del dinero en el estado, Luis Coppola, de manera particular y sus aliados políticos”, luego revelaría que la enemistad surgió “cuando este le pidió que declarara inexistente la huelga de su hotel, y además que expulsara al dirigente de Gastronómico del sindicato”. Obviamente, yo no accedí, vinieron palabras fuertes, le dije yo no trabajo contigo ni estoy a tu servicio, la ley es la ley y se va a respetar la huelga de los trabajadores de Los Arcos, y se va a respetar a la dirigencia de los Gastronómicos". (El Sudcaliforniano 6 de febrero de 2008)

Posteriormente, cuando Luis Coppola accedió a la senaduría plurinominal por el PAN, toda la clase de insidias y zancadillas que publicaba en El Peninsular, tuvieron mayor eco, la posición le daba acceso a medios nacionales de todo tipo. Columnistas como Ricardo Alemán citaban constantemente las acusaciones de Coppola a los mandatarios perredistas Leonel Cota y Narciso Agúndez. Nepotismo, negocios sucios, venta del patrimonio, invasiones, eran los temas en los que Coppola implicaba a Leonel Cota.

El encuentro. Un día, -13 de mayo 2010- sin más ni más, aparecieron –ambos abstemios- departiendo una taza de café en la terraza del Hotel Perla, obviamente era un encuentro privado con toda la intención de ser público. Llamó la atención que después de años de dimes y diretes entre ambos, la pipa de la paz se imponía. Quien impulsaba esa entente Leonel Cota – Coppola, era sin duda, Narciso Agúndez. Los intereses de ambos los interrumpía Narciso Agúndez y su posicionamiento en las elecciones del 2011. Ni a Coppola ni a Leonel les convenían los movimientos de Agúndez para dejar el poder. Eso fue suficiente para empezar a montar una alianza aparentemente contranatural, la de un izquierdista convencido y el de un derechista contundente. No era así, después demostrarían que se parecían más de lo que estaban dispuestos a aceptar.

Caminos que se ensanchan. La elección del 2011 que impuso a Luis A. Díaz como candidato del PRD, dejó a Cota Montaño sin poder acceder a una parte del pastel del poder. Agúndez había tomado una serie de seguros para su salida, entre ellas, la candidatura de Marcos Covarrubias –quien le había jurado amor eterno en un mitin perredista- por el PAN. Dos cartas en juego con muy escasas posibilidades de fallo.

Tal movimiento de Narciso Agúndez dejó con el trasero al aire también a Coppola que ni siquiera había sido tomado en cuenta en su partido. Al contrario, desde octubre de 2010, Alfredo Zamora había anunciado “un proceso de expulsión" en contra de Luis Coppola Joffroy, luego explicaría que “Coppola ha violentado con sus declaraciones y discursos agresivos, los estatutos del PAN”. La ruptura con su partido estaba hecha, acusaba a la dirigencia del PAN de estar a las órdenes de Narciso Agúndez, a su vez, la dirigencia le reviraba con lo siguiente: “quien es uña y mugre de los Cota Montaño es precisamente Luis Coppola. El y Leonel Cota se amafiaron para tratar de despojar de unos terrenos a la familia Green en Los Cabos".

Fuera del PAN, Luis Coppola, al final de las campañas del 2011, no le quedó mas que apoyar al candidato del PRI. Al inicio de ese año, Ricardo Barroso y el PRI daban a conocer el apoyo del senador panista.

Caminos que se unen. Igual que Coppola, Leonel Cota no podía apoyar ni a Luis A. Díaz ni a Marcos Covarrubias, estaban ambos –Coppola/Leonel- fuera de la jugada. Sin embargo, Leonel, confiaba en sus recursos políticos así que abandonó el PRD y después de coquetear con el verde ecologista, decide, al final, contender por la alcaldía de Los Cabos por el PANAL, el partido de Elba Esther Gordillo.

Esta decisión de Leonel Cota, no quedaría ahí. Si era capaz de ponerse a las órdenes de la Gordillo, nadie imaginaría que apoyaría al PRI. El PANAL tenía una candidata a la gubernatura, lógico era que apoyara a dicha candidata. El enorme Granados Chapa lo cuenta mejor:  “Leonel Cota parece haber sentido nostalgia por su remoto pasado y, como candidato de Nueva Alianza a la alcaldía de Los Cabos, llamó a votar por Ricardo Barroso Agramont, candidato del PRI, no obstante que el Panal cuenta con su propia candidata, Blanca Estela Meza Torres, y sería de esperar que por mínima y lógica solidaridad instara a sufragar por su compañera de planilla, por así decirlo. Pero la lógica, que no suele hacer buenas migas con la política..- escribió el gran periodista en una de sus “Plaza Pública” en abril del 2011.

En efecto, los caminos del Coppola y Leonel Cota, tan separados en un tiempo, que empezaron a unirse hace dos años, culminaron con el apoyo de ambos al PRI.

La kafkiana. Este periplo de dos pícaros personajes no podía estar completo si no se culmina con el último episodio protagonizado por ambos. Si la historia de encuentros y desencuentros, que como cualquier telenovela termina en días felices, el final no es, aunque el lector se sorprenda, el apoyo de ambos al PRI.

No es así, el camino convergente termina en que ambos, ahora, son candidatos en las próximas elecciones generales, no por el PRI ni por el PAN, sino por el PRD y sus alianzas. Leonel Cota a senador, Luis Coppola a la diputación por el II distrito. ¿Cómo explicarlo?. Es una historia que Franz Kafka sin rubor –y con asombro, quizás-  firmaba como suya.

La historia tiene un punto de quiebre en algún lado. En efecto, es por obra y gracia de Andrés Manuel López Obrador –convertido en todopoderoso gurú- que se llevaron a cabo las negociaciones para que Leonel Cota y Luis Coppola, en un arranque pacifista y de amor al prójimo deja con el trasero al aire a una enorme cantidad de perredistas serios, izquierdistas rectos y al PRD sudcaliforniano con un tono de burla que lo hunde –aun más-  en el desprestigio y la vergüenza.

artmeza55@hotmail.com

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