martes, 10 de marzo de 2009

MAS DE KING

Con cierto rubor por no haber colocado fotografías que ilustraran mejor el blog, nos dimos a la tarea de seguir los pasos de Francisco King, su estela, al menos, lo que evoca su paso por este mundo.







Hay en La Paz una calle con el nombre del Sr. King, dicha calle, situada en el barrio El Esterito, por debajo de la Colina del Sol -frente a las playas del Mar Bermejo- que desemboca en el paseo del malecón. En tal desembocadura se encuentra un parque dedicado a Francisco King. El parque está en buenas condiciones, pero el busto que recuerda su imagen, está cubierto, como se puede ver con una bolsa de polietileno atada fuertemente con alambre.
Es probable que el busto esté incompleto por daños, como se puede ver, los garfiti boy's ya le dieron un entre con un críptico mensaje en el pedestal.

Otro de los indicios de King es -obviamente- el Centro de Radio y Televisión que se encuentra igual como lo dejó, sin demasiados cambios como se puede ver. La gran antena que dominaba la ciudad -era la única- en los setentas. Con el paso del tiempo, la telefonía, las microondas, el aeropuerto, hubo muchas antenas que compitieron en altura con la antena de King.

Finalmente, como no podría ser de otra manera, la última huella de Francisco King se encuentra en el borde de la carretera Transpeninsular, en un suburbio de La Paz, Chametla. El lugar donde, por alguna razón especial, se determinó su última morada.



El lugar donde está enterrado el Sr. King se encuentra bien conservado: limpio, ordenado, aunque es extraño que no se encuentre, por ningún lado, una placa alusiva ni señales de haber existido. La mayoría que transita por esa zona de la ciudad se preguntará que pitos toca ese pequeño predio, pues no tiene, la tradicional fachada de monumento funerario que no sea los ciprés que lo rodean, que las usaban desde A de C las culturas mediterráneas, por ser longevos, delgados y puntiagudos, características que se asociaban con el alma al cielo. Por lo tanto, también se asocian al duelo y a la muerte.

Por ser un árbol de perenne y gran verdor, habida cuenta que sus raíces se entierran profundamente, para algunas culturas significaba, la relación del cielo y la tierra. Fue un árbol sagrado para los antiguos mediterráneos, tanto que la Isla de Chipre, debe su nombre al ciprés. Quizás el transúnte con esta información, alcanzará a asociar que en ahí hay una persona enterrada. Aunque para ser enterrado “frente a las playas del Mar Bermejo”, había sitios mejores.
Y a mi enterradme sin duelo entre la playa y el cielo...
En la ladera de un monte,más alto que el horizonte.
Quiero tener buena vista.
Mi cuerpo será camino,le daré verde a los pinosy amarillo a la genista...

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