Arturo de la Rosa es miembro de una familia de 6 hermanos,
todos, de alguna manera, incrustados en el poder político. Su padre, un líder
obrero de los sectores del PRI, mantuvo la hegemonía de su liderazgo en el
municipio de Comondú, a su muerte, los hijos tomaron cada quien su derrotero,
el cual vino a conducir la revuelta de Leonel Cota en 1999. Algunos de los De
la Rosa apasionados de las carreras off road, se hacen llamar el “Team De la
Rosa”, lo que sugiere un equipo, aunque dispersos por todo el organigrama
gubernamental, es obvio que funcionan, efectivamente, como un clan. Así, en
clan acudieron al llamado de Leonel Cota y en un santiamén tenían al Team de la
Rosa transfigurado en izquierdistas, en los lugares que el PRI les negó –como
todos los priistas que suponían mejor suerte para sus capacidades-
Los De la Rosa abogados, en la procuraduría; los profesores
en la SEP y así, el team fue adquiriendo notoriedad con la administración
leonelista y mucho más con la de Narciso Agúndez, especialmente Arturo quien
había participado con el entonces gobernador en el municipio de Los Cabos. En
esa administración alcanzó la diputación local, de una legislatura que pasaría
a la historia por nefasta.
En el congreso. Presidente
de la Gran Comisión, Arturo de la Rosa mantenía comunicación directa con
Agúndez Montaño y era, por sus antecedentes, el gran pastor de la variopinta
legislatura. Asimismo se preparaba para dar el salto a la alcaldía de Los Cabos
aunque, los obstáculos a vencer eran mayúsculos, el hermano del gobernador
–Antonio- también deseaba la posición. De la Rosa, experto en amores filiales,
sabía que su cometido era imposible. Aún así, maniobró desde la Gran Comisión
para hacerse de la preciada alcaldía.
Poco antes de terminar la legislatura, un grupo de diputados
denuencian un fraude que valoran entre 6 y 8 millones de pesos cometido por
Arturo de la Rosa –y otros diputados del PRD- . El vocero del grupo es el Prof.
Katzenstein de Nueva Alianza, aunque el grupo lo conforman también
diputados del PRI y del PAN quienes presentan como cuerpo del delito una serie
de facturas pagadas por la Cámara de diputados. Entre los recursos que suponen
las facturas se encuentran: canastas navideñas, grupos musicales; papelería y
gastos a comprobar por más de dos millones de pesos; forrajes, artículos para
la construcción, pago de colegiaturas, pago de servicios médicos particulares,
reparación de vehículos, carne asada por mas de 200 mil pesos y muchas otras
adquisiciones impropias de una cámara de diputados. Daba la apariencia que alguien
en el congreso se despachaba a su gusto sin fiscalización alguna. Los diputados
acusadores presentaron ante la prensa dichas facturas y culpaban a Arturo de la
Rosa, de usar los dineros de la Honorable para provecho personal.
Si quien consumía todas aquellas facturas era De la Rosa,
después se sabría con la investigación que montaría –como todo hacía suponer-
el ministerio público. Existe en el portal que el Congreso tiene en internet un
apartado destinado a transparencia, hay además lo que se conoce como Oficina de
Fiscalización del Estado y por la calle Félix Ortega esquina con Rosales, un
segundo piso que se anuncia como Dirección de Finanzas del Congreso del Estado.
Con tantos filtros e instancias de vigilancia y transparencia, supondría el
ciudadano común y corriente que pronto se sabría la resolución de la demanda
que acusaba a De la Rosa. No fue así.
Cambios de partido.
Han pasado más de veinte meses de la denuncia LPZ/93/SPB/2010, en ese tiempo,
el cotarro político sudcaliforniano se ha movido tanto que la denuncia a De la
Rosa quedó, por un tiempo olvidada. En ese tiempo, De la Rosa dejó de
pertenecer al PRD, se cambió al PAN, junto con Covarrubias, – entre los políticos mas conocidos. De tal
manera que la acusación a De la Rosa la hacían sus propios correligionarios. De
la Rosa se prepara para, en el aventón de Covarrubias, arrebatarle la alcaldía
de Los Cabos a Antonio Agúndez, pero no tiene la misma suerte del ahora
gobernador. Pierde la alcaldía cabeña y todo parece perdido, pero no es así, un
De la Rosa perdidoso y con serias sospechas de su honorabilidad, es reclutado
por Covarrubias como Secretario Particular. Su estrella relumbra nuevamente y
lo que parecía el tobogán de la ignominia, se convierte en una rueda de la
fortuna –ahora panista- que revive los gloriosos días en el PRD. Obviamente de
la denuncia –de los 8 millones- nadie habla nada. De la Rosa se encuentra en el
bando de los ganadores, en el bando del gobernador, en el bando de los
neopanistas.
Otro cambio fundamental sucedió en la asesoría legal de los
denunciantes, el Lic. Daniel Gallo R. es ahora Presidente del Tribunal Superior
de Justicia.
Mientras de La Rosa se mantuvo a la derecha del gobernador,
su honorabilidad se mantuvo también incólume, pero inquieto, con ambiciones, el
exdiputado perredista es impulsado por el neopanismo para contender por la
diputación federal por el segundo distrito. Claro que sabía que sus enemigos
políticos sacarían a relucir el tema de los 8 millones birlados en el congreso.
Ni la fiscalización, ni las transparencias, ni la contaduría del congreso hasta
entonces han dicho nada, pero la demanda está puesta, algo tendrían que hacer
los panistas para limpiar el nombre de su candidato.
Panistas contra
panistas. Pero el PAN no es un partido homogéneo, aunque las trifulcas
panistas son mas veladas que las perredistas, también las hay, especialmente
entre los doctrinarios, los de larga data, los de rancio abolengo y los
neopanistas; los que entraron con Covarrubias procedentes de otros partidos y
que se han quedado en la administración bajo el membrete del PAN. Ante los
neopanistas poco pueden hacer los panistas añejos, sobre todo cuando ya les
repartieron las posiciones que se merecían por haber prestado las siglas. El
nombramiento de De la Rosa pues, cayó como un balde de agua fría a varios
panistas que creían que esas posiciones eran suyas, fue el caso de Miriam Muñoz
y otros panistas afines para quienes la nominación de De la Rosa era una
vergüenza. Sin trabajo político en el PAN, acusado de malversar fondos del
congreso y sin poner en claro su situación legal, las alarmas se encendieron en
el PAN y en el gobierno del estado.
Miriam Muñoz montó una huelga de hambre que puso en peligro
su integridad física. Apoyada por panistas de toda a vida sin cargo en la
administración de Covarrubias, la vieja guardia reaccionó contra la candidatura
de De la Rosa, solo que dicha candidatura tenía fuertes apoyos del propio
gobierno. Tocaba a los panistas del congreso, es decir, los antiguos
acusadores, hacer hasta lo imposible para limpiar el nombre de De la Rosa, su
candidato a la diputación federal. El panista presidente de la junta de
gobierno - símil de la desaparecida Gran Comisión- Gil Cueva Tabardillo, ha
tratado de salvar los trastos, aunque los diputados priistas han negado
cualquier intervención a favor de De la Rosa. En la Comisión de Cuenta Pública
se encuentra otro panista, Ernesto Ibarra quien refiere que poco a poco se ha
desahogado las “fallas administrativas” cometidas por De la Rosa y que ya
quedan menos.
Las instituciones.
Por otra parte, en un insólito anuncio, el Procurador Gamil Arreola, cuando le
han preguntado acerca de la dilación en la investigación del presunto peculado
de Arturo De La Rosa ha respondido que la procu ha pedido, desde hace casi dos
años, informes al congreso y éste –un poco tardón- no le ha hecho llegar dichos
informes, que “la pelota está en la cancha del congreso”. Po lo tanto, la
investigación está en suspenso, a decir del procurador es el Órgano de Fiscalización Superior del
Estado de Baja California Sur, cuyo titular es Julio César López, quien tiene
que responder acerca del posible desfalco.
El
procurador no ha omitido el famoso “caiga quien caiga” para afirmar que en su
procuraduría no importan influencias ni nada parecido y que si no ha actuado es
porque el responsable de interponer la denuncia no son los diputados sino el Órgano
de Fiscalización Superior del Estado.
En
uno de sus intentos de exculpación Arturo De la Rosa, hace unos días, en una
entrevista en la radio, entróle a la guerra de lodo para afirmar que todos esos
diputados que le acusan –y los que no- recibieron, como despedida por la terminación
de su periodo legislativo la nada despreciable cantidad de 995 mil pesos y el
Órgano de Fiscalización tampoco ha dicho nada, Cerca de 20 millones de pesos de
los impuestos que pagamos los contribuyentes fueron otorgados de manera
graciosa, solo porque ya se iban para su casa..y uno se pregunta si el Órgano
de Fiscalización Superior del Estado, el Sr. Julio César López ¿se habrá
enterado?. En la página de transparencia del Congreso no hay nada.
Conclusión. El paso de un grupo político a otro,
el uso de franquicia a los partidos políticos ha sido tal que, ya no solo el
público se confunde con los traspasos de partido a partido, de grupo a grupo,
de izquierda a derecha y viceversa de nuestros políticos, hasta los propios
políticos, sus maniobras del pasado –no muy lejano- vienen a afectarlos en el
presente, como ha sucedido con Arturo de la Rosa, político hábil, “atinado” en
sus cambios de casaca. De la Rosa ha gozado de la consideración de los
gobernadores: Narciso Agúndez cuando militaba en el PRD y de Covarrubias, hoy
en el PAN, tales cercanías, quizás, han obrado para hacer lenta la solución del
asunto. Quizás en otras circunstancias, se hubieran desahogado las pruebas y
hoy estaría libre de conflictos y sobre todo, de sospechas.
Ha
habido también, falta de manejo político en la candidatura de De la Rosa. Era
de natural suposición que los partidos contendientes y los naturales enemigos
políticos que se cosechan en esas lides, sacaran a relucir la trama de la
denuncia por peculado puesta hace 22 meses; que un asunto que parecía dormido,
pronto tomaría una relevancia mayor, precisamente porque las acusaciones son
letales –por ruidosas- y las respuestas son muy débiles, no están a la altura
de la contundencia de la inculpación. Ni los organismos de transparencia del
Congreso, ni la procuraduría, ni la bancada de la actual legislatura tienen
argumentos definitivos para excusar a De la Rosa. Parecen argumentos
extraordinarios, sacados de la chistera. Son respuestas políticas a un asunto
politizado porque ni siquiera las respuestas jurídicas bastan en un asunto que,
sabían los responsables de armar las candidaturas que el caso jurídico se
habría de politizar
En
estas condiciones, la candidatura de De la Rosa refleja, por un lado, el peso
que tienen, actualmente los neopanistas en el PAN, por otro, la candidatura que
no puede explicarse sin la intervención del gobernador Covarrubias, refleja
también la confianza -quizás la fe- que se tienen tanto el gobernador, como su
equipo de gobierno, en que su popularidad, su aceptación, quizás su capacidad
de negociación con otras fuerzas políticas, son elementos capaces de obviar los
factores de discusión como el caso De la Rosa. Es el espejo -de Blanca Nieves- en
el que se ve la élite gubernamental.
Así
tenemos que un viejo asunto, preparado cuando los protagonistas estaban en
otras posiciones, con otras querencias, con otros intereses, muy diferentes a
los que tienen hoy, viene a golpear a un candidato salido de lo alto de la
cúpula gubernamental, que ni el peso de las instituciones ni las exoneraciones
de parte del poder legislativo tienen demasiada credibilidad porque en otro
momento, en otras posiciones, fueron las mismas fuerzas políticas -a las que
ahora pertenece el acusado- las encargadas de denunciar los malos manejos que
hoy se reclaman las fuerzas políticas contrarias.
Un
batiburrillo que pinta de cuerpo entero a nuestra versátil, inconstante y
volátil clase política.
1 comentario:
Muy buenoooo!!!!!
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