miércoles, 30 de noviembre de 2011

DIPUTADOS, ALCALDES, DEUDAS


(Comentario que pasa a las 22.20 por el noticiero de Magacable, en La Paz)
Con el pretexto de ser mayoría en el congreso, los diputados del PRI, PRD, Convergencia y Panal, han decidido  autorizar –a toda costa-  un endeudamiento  superlativo -462 millones para el ayuntamiento de La Paz; de 498 millones para el de Los Cabos que desde el mes de octubre, sus respectivos alcaldes han estado maquinando, cuando su deuda acumulada ha sido de 115 millones para La Paz; la de Los Cabos de 180; también con el subterfugio de la mayoría, tales diputados pretenden hacer válida una asamblea irregular en la que lo único que perseguían era quedar bien con sus alcalde –de La Paz y Los Cabos- para darles más recursos que no sabemos,  bien a bien en que pretenden gastar.

Fuentes bien informadas (http://juanluisbcs.blogspot.com/2011/11/en-complicidad-diputados-priistas-y.html) que tuvieron acceso a los documentos que recibieron los diputados, en los que los alcaldes mencionados solicitan a la banca privada cientos de millones, refieren que es realmente grotesca la forma que se presentan dichas solicitudes, sin especificar las obras que se pretenden realizar, montos inflados en más de 150 millones, confusión en tasas de interés y plazos, mucho menos se especifica de donde tomarán los ayuntamientos los recursos para su pago o cual será el costo del servicio de la deuda. Asuntos básicos para los que no se requiere ser un experto financiero, condiciones que se establecen en cualquier contrato doméstico.

La alianza de los diputados del PRI, PRD, Panal, y Convergencia, por razones no muy bien definidas pretenden aprobar, a toda prisa, unas condiciones de crédito que jamás aprobarían si se tratara de sus bienes personales. Sin mayor reflexión, sin cuestionamientos, sin exigencias de ningún tipo, nuestros representantes en el congreso, se han tornado en empleados de los presidentes municipales a los que parece responder su lealtad y no a quienes los eligieron.

Este es un ejemplo del porqué, los políticos en general no aprueban reformas ciudadanas  como la reelección,  forma de premiar o rechazar a un diputado –como en este caso- que no representan los intereses de sus electores, en cambio, se muestran solícitos y hasta serviles con quienes, seguramente los premiarán por cuadruplicar la deuda municipal, sin discusión, sin análisis, sin modificaciones, sin respeto a su investidura.

lunes, 21 de noviembre de 2011

POLITICOS Y PARTIDOS SUDCALIFORNIANOS

Los ecos de las próximas elecciones generales han hecho que el desorganizado y confuso sistema de partidos en BCS, provoque una serie de movimientos en los que, los grupos políticos hacen futurismo con el fin recibir los vientos triunfantes, de tal manera que constantemente se están rotando, buscando acomodos en anuncios de adhesión o de abandono a las diferentes formaciones partidarias.


El partido que más ha desalojado militantes ha sido, sin duda el PRD, dichos militantes se unen al PRI o al PAN, según sus predicciones, especialmente los perredistas que disfrutaron las mieles del poder en los dos sexenios pasados y que hoy, se encuentran en desgracia pero con las costumbres del poder, las manías de la abundancia que sale de la parafernalia de bienes que los políticos se han procurado con el nombre de viáticos, dietas, bonos, estipendios, honorarios, seguros, aprovechamientos y demás invenciones de la burocracia de medio pelo para arriba con la finalidad de allegarse recursos económicos.
En el tanteo de candidatos, es sin duda Peña Nieto a quien se siente seguro candidato y triunfador del 2012, mientras por el PAN, Josefina Vázquez Mota, ha tomado la delantera y por la izquierda, sin duda López Obrador será nominado por PT y lo que fue convergencia para dejar al PRD en la posibilidad de negociaciones con Ebrard, como siempre, la izquierda hace un batidillo, a la vez que el PAN y el PRI parecen mantener la unidad. Es obvio entonces, que muchos de los que juraban amor eterno a  la izquierda gobernante desde 1999 al 2011, nada quieren saber de ese pasado izquierdista y hoy se lanzan al abordaje del nacionalismo revolucionario del PRI o al conservadurismo derechoso del PAN.


Esta mezcla de políticos y partidos produce una confusión tal que no se extrañaría que la próxima elección de senadores, la afluencia a las urnas disminuya a niveles históricos. La composición del gobierno actual del estado de BCS es un ejemplo de tal desconcierto.


Antecedentes. Posterior a la Revolución Mexicana, el PRI con sus diferentes nombres, se constituyó en un partido de estado y punta de lanza de un sistema semitotalitario que para acceder al poder, se requería pertenecer al PRI. En 1982, por ejemplo, López Portillo no tuvo competidor. El fraude y la represión eran las armas predilectas del partidazo que nunca perdía. A partir de entonces, las diversas reformas políticas, las exigencias ciudadanas, las presiones del extranjero, la necesidad de prestigio internacional, obligaron al sistema a ceder terreno y sobrevino, después del horroroso fraude a Cuahutémoc Cárdenas y el Frente Democrático Nacional, la llamada transición democrática que produjo el fenómeno de alternancia en el poder, pero que también produjo el trasvase de políticos priistas a otros partidos.


Casi toda la clase política mexicana tenía pasado priista, mas aún la de Baja California Sur, un estado donde siempre ganó el PRI que fue el heredero de los autóctonos – los Loretos setentas- que se hicieron del poder con la conversión a estado. El PRI siguió en los alto, pero empezaba a hacer agua y BCS fue un ejemplo perfecto de la decadencia priista que se manifestó –como la Caída de Roma- mediante una gran corrupción de los sudcalifornianos “nativos y con arraigo”


No fue raro, entonces, que fuera un priista –Leonel Cota- quien encabezara la alternancia en el poder mediante las siglas del PRD en 1999. El PRI que había prohijado toda una forma de ejercer el poder mediante el dominio de los recursos económicos desde el gobierno, perdía su hegemonía que a su vez pasaba al PRD con todo y sus maneras, sus costumbres y las extravagancias con las que se habían educado los políticos priistas, que ante la fobia de quedar fuera del presupuesto, priistas distinguidos se pasaban en oleadas al PRD, donde eran recibidos con buenos puestos y cargos de elección popular. El PRI sudcaliforniano vivió así, sus peores tiempos.


Esta afinidad de políticos priistas neoperredistas dominó durante dos sexenios que gobernaron Leonel Cota y Narciso Agúndez mientras en el país se sucedían cambios en las estructuras gubernamentales debido a la alternancia panista de Vicente Fox, primero y Calderón, después. El PRI perdía así su hegemonía electoral pero el aparato priista de sectores, sindicatos y maquinaria territorial se mantuvo intocada o simplemente en coqueteo constante, en simbiosis perfecta con los gobiernos en turno. Este fenómeno se observó en BCS en donde la CTM, el SNTE y demás estructuras priistas por excelencia, se mantuvieron al lado de los gobiernos perredistas que a su vez, los protegieron.
Vendrían después con miras al 2011, las diferencias entre las cúpulas perredistas nacionales y estatales, las divisiones de grupos regionales perredistas, la segmentación del PRD que preparaba el desastre, así, el candidato con mayor aceptación que tenía el PRD, Marco Covarrubias V. ante el peligro de ser derrotado por las desavenencias de su partido, optó por competir mediante las siglas del PAN que le aseguraba una mayor disciplina militante y ayudas de la cúpulas panista en el gobierno federal y quizás de las fracciones del PRD afectas a Calderón.


Como se sabe Marcos Covarrubias –un priista que en el PRD alcanzó sus cargos sobresalientes- llega al gobierno sudcaliforniano acompañado de perredistas que habían abrazado la causa de la izquierda –después de militar en el PRI- con el triunfo de Leonel Cota. Así, la clase política sudcaliforniana daba el giro completo en el espectro geométrico de los partidos y muchos de ellos, primero, el gobernador, se afiliaban al PAN. Un batiburrillo difícil de explicar para quien no conoce las andanzas de los políticos sudcalifornianos.


Ahora, cuando está a punto de iniciar la carrera por la presidencia de la República, este galimatías de tendencias y conveniencias parece confundir aun más al público que ya no entiende nada, que solo espera despensas y promesas en las próximas elecciones.


PAN. Con un gobierno panista en BCS, es posible que en estos momentos se aceiten y preparen las delegaciones federales y el escaso empuje de militantes panistas para apoyar al candidato –la candidata- panista. El panorama no es nada fácil para el PAN en vista de los magros resultados de un gobierno monotemático como el de Calderón. Sin embargo, el gobernador que se ha afiliado al PAN tendrá que preparar argumentos valederos para justificar la política panista que ha conmocionado al país en un verdadero baño de sangre.
El crimen organizado que ya se deja ver en balaceras y movimientos de tropas que se veían en otros estados; que los sudcalifornianos solo leíamos en periódicos y pensábamos que solo les pasa a “los otros”, ya lo tenemos aquí, en Cabo San Lucas ha sentado sus reales. Quizás, el discurso del PAN tendrá que seguir estas directrices, al menos que, una vez avasallados por Peña Nieto y el discurso triunfalista del PRI, los panistas en el gobierno, se pasaran –ahora- al PRI, que nada tendría de raro.


PRI. Está exultante, su candidato iniciará la campaña con una gran ventaja sobre sus perseguidores, por lo tanto, las oleadas de políticos que no encontraron acomodo en el gobierno panista de Covarrubias, ya empiezan a anunciar su adhesión –irrestricta- al PRI. Aquellos izquierdistas que se mantuvieron con buenos puestos con Leonel Cota y Narciso Agúndez, que estaban dispuestos a abjurar del aborto, pedir la bendición del obispo y solicitar su entrada al PAN, ante el empuje de Peña Nieto –rechazados por Covarrubias- han cambiado sus “tesis filosóficas” por el del nacionalismo revolucionario y posan orgullosos en los periódicos, al lado de los jerarcas priistas sudcalifornianos.


Con la alcaldía de La Paz en su poder, solo esperan la llegada del 2012 para desplegar el embate de los priistas que, ahora, si llenan aquel destartalado edificio que estaba vacío cuando la docena perredista los confundió con izquierdistas. Cual camaleones se arremolinan en los actos de la presidente municipal en busca de la mirada aquiescente de Barroso, de Agapito, de Estelita, deseosos de coordinar, asesorar o de proponer cualquier cosa que los coloque de nuevo en el camino del presupuesto


La izquierda. Como único refugio en la alcaldía de Los Cabos, la busca de la chuleta tiene el sello de las tierras sureñas y han cambiado de domicilio los que no tuvieron cabida en la pálida sombra que provee Rosa Delia. Los perredistas cabeños han tenido que hacer alarde de imaginación para inventar puestos públicos con tal de acomodar a las víctimas de la orfandad presupuestaria que provocó la debacle del PRD.


Con un ojo al gato y otro en Covarrubias que se quedó con el genio financiero del gobierno perredista, con el de ganadería, con De la Rosa convertido en panista, ejemplos de trapecismo con travestismo de altos vuelos, los desamparados del perredismo observan y tratan de imitar dichas cabriolas y se les aflojan las convicciones en vista de que López Obrador tiene la razón pero el poder le queda lejos.


Epílogo. Así las cosas, las probables candidatos a la presidencia, sus posibilidades, sus virtudes, sus defectos, sus declaraciones, mantienen en vilo a una clase política que ya ha demostrado que son capaces de todo: de cambiar de chaqueta, de colores y de borrar su pasado con el fin de mantener aquel status que los colocaba no solo en la ganancia de la chuleta entera y jugosa, también en los reflectores de le tele, en los boletines o de perdida, invitados al cumpleaños del jefe.

Una clase política que ha desfondado el sistema de partidos: sin tendencias fijas, sin convicciones, enfrascados en una lucha por intereses económicos que no tienen ni color ni patria. En esas condiciones, ante la falta de representatividad, es necesario que la sociedad civil tome los pasos necesarios para disminuir el número de representantes, pugnar por las candidaturas independientes, las iniciativas ciudadanas en el congreso, mayor vigor en la reelección y otras exigencias ciudadanas, porque esos políticos -los que buscan afanosamente acomodo sea como sea y en el partido que sea- andan en otra cosa, en la defensa y búsqueda de sus muy particulares intereses.

EL PAN; LOS BRETES DEL EXITO

Introducción. Hace unas semanas el PAN conmemoró uno más de sus aniversarios de fundación. El acto reunió a la plana mayor de este partido, a los militantes más destacados y obviamente al gobierno que en teoría, es panista. Como una familia feliz, los panistas convivieron, cambiaron puntos de vista, luego vinieron los discursos radiantes, los abrazos tronantes, los apretones de manos y todo pareció ir sobre ruedas, excepto porque algunos panistas de larga data, los más puros, al final, rezongaron públicamente de que ni estuvieron todos los que son ni son todos los que estuvieron.
Y es que vendieron su alma al diablo. El PAN, era un partido con pocas posibilidades de alcanzar el poder, los pronósticos más triunfalistas los clocaban dueños de algunas regidurías, una que otra plurinominal por aquí y por allá, pero la gubernatura, ni soñar. Las escasas posiciones que había alcanzado en las últimas elecciones, fueron gracias a algunos personajes, a despecho del partido, su organización y sus idearios. Los últimos años fueron de división constante y amargas controversias entre el senador Coppola y el presidente del partido, que reñían por las ruinas de un partido que había ido a menos de manera acelerada. Hoy se encuentra en la cúpula del poder, pero hay algunos que no se sienten a gusto… o no han obtenido lo que creen merecer
Los panistas se han quedado con algunos cargos en el gobierno, una especie de pago por el préstamo de las siglas a un grupo de políticos sin demasiadas querencias, ideologías o lealtades partidarias. Gracias a ese grupo encabezado por el Gobernador Covarrubias, es que hoy, los panistas puros, se pueden quejar acremente de los neopanistas, de los foráneos, de los que arribaron con el éxito. La encrucijada es mayúscula porque no tienen pedigrí panista pero tienen el poder.

Antecedentes. Antes de que el territorio de BCS se convirtiera en estado, el PAN tenía muy pocos adeptos. Como bien se sabe, BCS era un estado priista total. El PRI reinaba a sus anchas y la oposición se teñía mas de izquierda que de derecha. Con la vida política estatal, el PAN tuvo algunos repuntes que coincidieron con las reformas electorales y así, con las candidaturas plurinominales, el PAN se transformó en una franquicia que podía ser útil a ciertos grupos políticos prófugos del PRI.
Entonces vinieron los primeros golpes del PAN, que como se puede ver, poco tenía que ver con militancia prolongada, con tendencias políticas o con luchas ciudadanas. Los resonantes triunfos del PAN se debieron a priistas que no obtuvieron en sus partidos lo que creían merecer, el caso de Crisóforo Salido que disputó la gubernatura a Guillermo Mercado en 1993, esta vez, el PAN estuvo a punto de arrebatarle el triunfo al PRI, incluso se aseguró –sin probar- que en realidad ganó Crisóforo Salido pero que una negociación, dejó a Mercado Romero en la gubernatura. El recuento oficial fue de 50.6% del PRI; 45.6% para el PAN.

Algo similar ocurriría en 1994 en la elección del congreso local, Jaime Tuchmann por el PAN y Enrique Ortega por el PRI se disputaron el Distrito II, ganó Tuchmann de tal manera que el PAN se quedó con 8 distritos de 15, es decir, tenía mayoría en el congreso local, solo que Jaime Tuchmann renunció a su militancia panista así dejaba el congreso empatado. Los propios panistas no dejaron rendir protesta a Tuchman durante un año, de tal manera que la elección se tuvo que repetir, contendió de nuevo Enrique Ortega por el PRI que ganó a Emeterio Orozco del PAN, el PRI obtuvo de nuevo  la mayoría en el congreso y Jaime Tuchmann fue comisionado por el gobierno priista a un puesto que le inventaron en Tijuana y todos fueron muy felices.

En 1994, Adán Ruffo por el PAN y el Dr. Carrillo Silva reeditaron una vieja contienda sucedida en 1937, la del Dr. Adán Velarde y Oaxaca, abuelo de Adán y del Dr. Raúl S. Carrillo padre del doctor, quienes se disputaban –en esa época- la única diputación del territorio de BC. El Dr. Velarde, médico de El Boleo  ganó al Dr. Raúl S. Carrillo, considerado candidato oficial, aunque ambos, adheridos al PNR –padre del PRI-. Igual que en 1937, de nuevo ganaron los Velarde a los Carrillo. En esta ocasión, la presidencia municipal de La Paz. Ruffo Velarde era un priista, que en cuanto contendió y ganó por el PAN demostró, con su proceder fascistoide y derechoso en el gobierno, que era más panista que los panistas.
Este lapso victorioso de principio de los noventas ya no volvería. El PAN se difuminó en luchas internas entre los panistas generadores de tales movimientos, Macías de Lara y Salvador Landa, que terminaron expulsados del partido.

Desde el 96 que termina su periodo Ruffo Velarde al frente del Ayuntamiento paceño, los triunfos del PAN fueron aislados y a cuentagotas, el caso de Rigoberto Garayzar en Mulegé fue un garbanzo de a libra, quizás el último gran triunfo panista, aunque tampoco se puede adjudicar a una acción colectiva partidista, sino al carisma y al don de gentes de El Pelón Garayzar que gobernó desde el 99 al 2002, cuando empezó la gran dominación perredista que duraría 12 años hasta la caída estrepitosa de Narciso Agúndez y compañía a manos de Covarrubias bajo las siglas del PAN.

La confusión panista. Se aprecia lo que dice Giovanni Sartori, en el sentido de que cuando hay un sistema de partidos poco estructurado el elector tiende a seguir a los “notables”, a los “conocidos”, no sigue las pautas de las ideologías o las propuestas. Ahí es donde se pierden los doctrinarios, los puros, más aún, cuando los invitan a una conmemoración partidista y se encuentran en el presídium al gobierno y a sus colaboradores, panistas de nuevo cuño, panistas de oportunidad, panistas por compromiso, muchos de los cuales tienen que fingir su panismo por motivos obvios.
Algunos realmente ofendidos con la presencia de Arturo de La Rosa, José A. Ramírez, Mendoza Davis, Joel Ávila y otros colaboradores del gobernador que no se sabe si ahora, en estas condiciones, son panistas o continúan en sus antiguos partidos. Mayor confusión genera la diputada federal Silvia Puppo, por ejemplo, quien asumió la titularidad a raíz de la renuncia de Marcos Covarrubias. Ella como Covarrubias arribaron a dicha diputación por el PRD, después, como se sabe, Covarrubias se pasa al PAN para contender y ganar la gubernatura, la pregunta es la diputada Silvia Puppo en que partido milita? está obligada a ser panista aunque se supone que es perredista? ¿a cual bancada pertenece?.

La confusión no cesará, al contrario, toda parece indicar que habrá exacerbación de esta crisis de identidad cuando el partido tenga que nominar a sus candidatos a las senadurías que estarán en juego el próximo año, según parece, desde el gobierno se desea impulsar la candidatura de José Antonio Ramírez, Secretario de Finanzas, uno de los más rechazados por los panistas puros; los dirigentes del partido tendrán que mediar entre las fuerzas del gobierno y el panismo tradicional de BCS que, obviamente, se decantarán por panistas de larga militancia.

Las consecuencias. En estas luchas (panistas- neopanistas, gobierno-partido, doctrinarios-advenedizos) que parecen ya instaladas en los escenarios políticos sudcalifornianos, no faltará –el amigo cruel-  quien les recuerde a los puros, a los panistas de fuertes convicciones, que ya les dieron lo que les corresponde; que solo prestaron las siglas, que no llegaron al poder; que es el grupo que dirige Covarrubias Villaseñor -no el PAN- es quien decide; que quienes llegaron al poder realmente no tienen marca aborrecida y que no se vale, a estas alturas, hacerse los remilgosos, que bien sabían los panistas en que se metían. Que si el grupo que se hizo del poder  pasó –en un santiamén-  del PRD al PAN, bien podrían -en las próximas pescas- pasar al PRI, si el grupo Atlacomulco y gaviotas televisivas, hacen fuertes los pronósticos nacionales.
Mucho más un panista doctrinario, católico y pecador estándar, sabe muy bien que vendieron su alma al diablo y las consecuencias que se derivan de tal acto. Los cultos recordarán al Fausto de Goethe; los no tanto, la película El Abogado del Diablo, ambas obras, resaltan la responsabilidad el hombre al momento de elegir.

Los panistas eligieron llegar al poder sudcaliforniano, de una manera poco afortunada,  –haiga sido como haiga sido- sin identidad, revueltos, enfrentados y algunos quejumbrosos porque los panistas ya no son lo que antes eran.

ELECCIONES EN EL PRD SUDCALIFORNIANO

El PRD tiene un trabajo fenomenal para lograr posicionase, de nuevo, en la competencia política en BCS. La derrota ha sido catastrófica y su situación de una indigencia tal, que resulta nociva para efectos de equilibrios democráticos que requieren las fuerzas políticas del estado. Sin el PRD, en teoría, queda un bipartidismo que no refleja la heterogeneidad de la sociedad sudcaliforniana. Por lo tanto, después del descalabro y luego del marasmo que encabezó Adrián Chávez, se pensaba que el PRD buscaría liderazgos con capacidad para la reunificación, asentamiento de nuevas bases de entendimiento, revisión del padrón de militantes, renovación de los organismos institucionales, incluso, el estudio de las tendencias y principios en el nuevo contexto nacional y estatal; una labor extraordinaria que tiene que emprender la nueva directiva, liderada, ahora por Rosa Delia Cota Montaño.
Un partido que unificado –como sea- llegó a mantenerse dos sexenios en el poder, con elecciones intermedias que ganaron de calle y que, al pretender iniciar un tercer sexenio, la unidad que había estado prendida, ciertamente, con alfileres, finalmente estalló en mil pedazos por causas atribuibles a los propios militantes: a los liderazgos que buscaban como en el caso de Leonel Cota, regresar por sus antiguas glorias o el caso de Narciso Agúndez que, envuelto en las suspicacias populares, corrió por sus intereses personales a los pactos con la oposición, o las corrientes que, convencidas de sus verdades indiscutibles, lanzaron candidaturas inviables o la propia dirigencia que, echada en brazos de Narciso Agúndez, desestimó las voces críticas que aconsejaban pintar su raya respecto del ejecutivo que, en su salvación, le importaron mas sus afanes patrimonialistas y finalmente, la estampida de búfalos de quienes habían llegado de la misma manera a la formación de izquierda.

Cuando ante la descalabro catastrófico, ante una debacle similar –pérdidas de tres presidencias municipales, trece escaños en el congreso y la gubernatura- cualquier dirigente, gerente, director o presidente, por estrategia, por decoro, tendría que haber renunciado apenas constatados los perniciosos resultados de su gestión, la militancia, los órganos internos, anonadaos, estupefactos, dejaron correr medio año a una dirigencia que nada o muy poco podía hacer ya por el partido; Adrian Chávez se convertía así en una imagen de la derrota, en un valedor de Narciso Agúndez; en el administrador de unos despojos que ya no eran útiles ni para los militantes, ni para la interlocución con otras fuerzas políticas, mucho menos para la crítica del gobierno actual.

Apegados a los estatutos, esta dirigencia dejó que los grupos que se habían quedado con una parte del pastel, es decir, el grupo de Los Cabos, se reorganizara. El grupo Los Cabos, en manos de un hermano del exgobernador heredaba el poder perdido; el grupo Los Cabos se convirtió en un refugio de desempleados, el único con los recursos suficientes para emprender la conquista de las sobras del PRD. Quizás este fue el algoritmo que siguió la dinámica del poder para finalmente, coronar a Rosa Delia Cota Montaño, presidenta del PRD de BCS.

Rosa Delia Cota M. Si bien es cierto que Rosa Delia ha tenido una carrera propia también es cierto que los cargos mas importantes, los que ha conseguido bajo la influencia de su hermano Leonel Cota, un político que mientras tuvo poder siempre se preocupó por el clan familiar. Es hasta la loca carrera que emprendió Leonel para influir en las candidaturas del 2011, en la que a despecho de Rosa Delia, apoyó a René Núñez expresidente municipal de Los Cabos, fue cuando la dupla Leonel-Rosa Delia pareció vivir sus peores días. Por lo tanto, la conquista de la dirigencia del PRD estatal, debe ser para Rosa Delia, su mejor triunfo, es decir, despojada de la sombra de su hermano.

Aunque egresada de una universidad local, Rosa Delia no es exactamente una teórica política. Su carrera se ha realzado en el contacto directo con la población, en la organización de redes de apoyo, en la práctica política. Su discurso distintivo es feminista, quizás su parte más izquierdista. Ha sido una política pragmática, con capacidad para organizar al pueblo desde abajo, con el conocimiento que le da su origen humilde y el aprendizaje en el clan.

El clan Cota Montaño que tiene sus orígenes a principio de la década de los setentas cuando Juventino primero y Leonel Cota después, influenciados por lecturas y compañeros relacionados con movimientos de izquierda, tomaron conciencia política e iniciaron un activismo militante que no ha parado, como se sabe, en diferentes frentes, en diferentes partidos. La influencia de los hermanos es decisiva en la formación política de Rosa Delia y desde luego, en el espíritu de clan que ha llevado a los Cota Montaño a lo más alto del organigrama político sudcaliforniano.

Rosa Delia es la primera del clan que ingresa al PRI, se destaca en el sector feminista y en la organización de colonias populares. Sus primeras acciones políticas de renombre se despliegan como dirigente de la Alianza Democrática Sudcaliforniana fundada a finales de 1998, una organización paralela al PRI que lanzó a Leonel Cota en 1999 a la gubernatura, por el PRD.

Llega a la presidencia municipal de La Paz en el 2007, después de haber sido diputada federal y local, en medio de las pugnas del clan Cota Montaño con otras fuerzas del partido. Tales pugnas hicieron crisis en el 2010 con la alineación de Rosa Delia con el Frente Democrático Sudcaliforniano que encabezara Leonel Cota, con la que pretendía influir en las candidaturas del PRD.

Como alcaldesa, se convirtió en una crítica constante del gobernador Narciso Agúndez. Los conflictos con el gobernador fueron del orden de la falta de apoyos a su gobernanza, incluso, acusó de envidia de su propia popularidad al gobernador.

Elección. Sin mayor reorganización, con las mismas estructuras con las que dejaron hacer y dejaron pasar a Narciso Agúndez; con el mismo Consejo Político que tantas pifias cometió; con las mismas estructuras que colocaron candidaturas inviables como la de Luis A. Díaz o Ricardo G. Higuera fueron a las elecciones estatutarias.
Se presentaron, además de Rosa Delia, Miguel Albáñez, Joaquín Manríquez y Alfonso Alcántar. A la reunión asistieron 86 de un total de 103 consejeros. Obtuvo el primer lugar, la fórmula encabezada por Rosa Delia Cota M. el segundo lugar, Joaquín Manríquez P. se queda con la Secretaría General. Trascendió de inmediato que el voto que llevó al triunfo a Rosa Delia, surgió del Grupo Los Cabos, la más poderosa corriente del PRD sudca.

De esta manera se sellaba una alianza política que se antojaba difícil pero que, bien vista, es una buena oportunidad que tienen los políticos perredistas para mantener la franquicia. Tanto Rosa Delia Cota como Antonio Agúndez, las cabezas visibles de dicha alianza, se han alejado de los círculos perredistas que apoyan a López Obrador y su organización MORENA. Los afectos a AMLO han preferido pasarse a Convergencia –Movimiento Ciudadano- con lo que se divide aún más las corrientes de izquierda sudcaliforniana.
Las inconveniencias. En este país y casi en cualquiera del mundo democrático, las gobernanzas terminan, generalmente con señalamientos de las mayorías. Muy pocos gobernantes terminan con buenos números en las encuestas y el caso de Rosa Delia Cota, es similar a cualesquiera de ellas. Por eso, la posibilidad de llevar por buen camino al PRD será difícil para quien seguramente recibirá –ya los recibe- señalamientos de corrupción en su administración. La dirigencia perredista se convertirá en un blanco fácil para la oposición, puesto que la historia aun no ha hecho su trabajo para el cual se necesita, entre otras cosas, tiempo.

Cuando el PRD fue a examen en las pasadas elecciones, fue reprobado por la ciudadanía, situación de la que no se puede excluir la gobernanza de Rosa Delia Cota. El PRI, encabezado por Estela Ponce, se posesionó de la presidencia municipal de La Paz y tiene en proceso una serie de auditorías que están por saberse sus resultados que no parecen ser halagüeños para la administración de Rosa Delia. Han filtrado algunos datos preliminares que hablan de préstamos personales y desvío de fondos que, por lo menos, requieren de explicación
La dirigencia perredista tendrá que utilizar buena parte de su tiempo, de su capital político y el de la propia institución en defenderse de los embates de la oposición que le tiene a su merced.

No parecía, por lo tanto, un buen momento para que tome posesión del PRD una militante con trabajo político controvertido. La situación del PRD estatal es tan trastornada que se requería alguien con la capacidad para la unificación, que no es el caso de Rosa Delia que ha sido una política aguerrida, impugnada, desgastada por la lucha política. La mesa estaba servida para quien no tuvo puestos públicos en los gobiernos perredistas, ni demasiados agravios o compromisos con las diferentes tribus del PRD; con la preparación suficiente para alinear al partido en los idearios de izquierda.

Con la elección de Rosa Delia Cota M. el PRD se decanta por el pragmatismo, por las triquiñuelas de la política local, por las limitaciones de la política provinciana. Lo que menos necesita el PRD sudca en este momento de su existencia.

Tendencias del PRD. Se abren múltiples interrogantes respecto de la tendencia que asumirá la dirigencia capitaneada por Rosa Delia Cota. Las corrientes del viejo perredismo están descontentas; los doctrinarios, los llamados verdaderos izquierdistas; es decir, aquellos que nunca pertenecieron al PRI, que proceden de organizaciones de izquierda; con antecedentes en las barricadas, en los plantones, en la huelga; con un bagaje cultural enmarcado en la izquierda. Ese viejo perredismo que se vio envuelto en la vorágine priista que alguna vez lo  eclipsó, está de nuevo, bajo la batuta de los expriistas que detentaron el poder real en los gobiernos perredistas locales.

En estas circunstancias valdría la pena preguntarse cuales fueron los puntos de acuerdos que generaron la unión de Rosa Delia y los perredistas cabeños, dirigidos por Antonio Agúndez, alcalde de Los Cabos. Bien sabido es que los afectos entre Rosa Delia y Narciso no eran de lo más bien llevados; mucho menos, las querencias entre Antonio Agúndez –el poder real del PRD- y Leonel Cota, el jefe del clan. De esta manera, los dos políticos que se mantuvieron en el segundo plano, respecto de sus hermanos, dirigen hoy la formación de izquierda.

Ambos, Antonio Agúndez y Rosa Delia Cota, son hermanos de ex gobernadores y ambos tienen acusaciones que van desde sospechas de influyentísmo,  manejo fraudulento de fondos y de votos, hasta de torpeza en su accionar. Es normal que se piense que ambos, obedezcan aún a sus hermanos Narciso y Leonel; que dicha alianza es un principio de reconciliación de los exgobernadores del PRD cuya aversión se hizo patente en el proceso electoral pasado, factor fundamental en la caída estrepitosa del partido. Aún así, es posible que por primera vez, Rosa Delia Cota y Antonio Agúndez, actúen al son de su albedrío y utilicen el partido para sus ambiciones que deben ser muchas y variadas.
Para la mayoría de los analistas, con la asunción de Rosa Delia, apoyada por el Grupo Los Cabos, el PRD ha dado un paso hacia el abismo. Aunque es probable que, con el oficio político acumulado, el PRD se convierta en una franquicia que bien manejada, consiga las posiciones políticas que permita a sus dirigentes aliarse con factores de poder, especialmente con el gobierno panista; conseguir una especie de inmunidad para las auditorías y acusaciones próximas.

De esta manera, el Consejo Político del PRD, demuestra –de nuevo- su tino en llevar a cabo las acciones más inconvenientes para el partido. Esa vocación autolesiva tan celebrada por sus adversarios, porque no solo ha perdido el poder como lo llega a perder cualquier partido en cualquier democracia. En este caso, la derrota del PRD representa casi la desaparición de esta formación de izquierda que detentó el poder por mas de una década.


Los sucesos se fueron encadenando de tal manera que, el último episodio, la elección de Rosa Delia Cota Montaño a la dirigencia del PRD, es prácticamente la puntilla para poner el partido al servicio de un grupo reducido y sus intereses muy particulares.

CIEN Y UN DIAS

Sin más razón que un sistema decimal arraigado en la cultura occidental, se ha considerado que cien días de gobierno, son un plazo perentorio –cualquier cosa que signifique- para evaluar, por primera vez un gobierno debutante. En estos primeros cien días, se supone, un gobierno ya ha trazado un trayecto suficiente, un perfil mínimo que permita calcular las expectativas.

En los primeros cien días se tantean las formas, los colaboradores, las primeras acciones, las actitudes, el pulso, las tendencias de un gobierno y los indicios de la llamada “manera personal de gobernar”. Surgido de una serie de movimientos pre-electorales enigmáticos, de estratagemas que se tejieron en las oscuras cañerías del poder político nacional, el gobierno de Covarrubias ha quedado solo, con un magro bono democrático y las expectativas contenidas para quien ha accedido al gobierno con cuarenta por ciento de votos a favor.
Sin una pertenencia partidista, sin identidad ideológica, sin posicionamientos profundos respecto de las ideas políticas, no se tiene más que las promesas de campaña y los discursos coyunturales para abordar las tendencias de los primeros movimientos del ejecutivo estatal.

Las formas. Si bien las relaciones con los gobiernos municipales han sido institucionales y sin sobresaltos, hasta hoy, han trascendido las formas con las que se sustituyeron los diferentes mandos en las instancias del gobierno estatal. En muchas ocasiones, sin mayor protocolo, sin documentos escritos siquiera, el sustituto desplazó, a veces de manera grosera, al funcionario despedido. Sin mediar más que un “órdenes de arriba”, se hicieron algunas de las destituciones.

Hay en ese neopanismo orgulloso de sus logros, una especie de encono, de aborrecimiento a todo lo que huela a gobierno pasado –aunque no a Agúndez y sus más cercanos colaboradores- El resentimiento se nota en los nuevos mandos medios –suelen ser más papistas que el papa- que han sustituido a sus pares con lujo de malos modales, carentes de diplomacia, con una prepotencia gratuita dirigida a personal que sabía que su ciclo había terminado.

Los colaboradores. Es quizás el rubro más enigmático, turbio e incomprensible: empezando por el Secretario general de gobierno,  la mano derecha, el encargado de la política interna, Mendoza Davis. Hijo de Ángel César Mendoza -un verdadero santón del PRI- miembro de la altísima alcurnia política sudcaliforniana y de los patricios paceños; de amplio y reconocido linaje priista. Después de ser delegado del IMSS -nombramiento federal- pasó a formar cabeza del equipo de campaña de Marco A. Covarrubias, quizás por sugerencia –orden- del centro. Aun cuando en esos días, Mendoza Davis, era mencionado como probable candidato del PRI a la gubernatura.

Aun así, hay quien piensa que las andanzas del Secretario General de Gobierno, bien podrían estarlo preparando para el salto a la gubernatura. La pregunta inicial sería ¿por cuál partido? Por derechos de sangre pertenece al PRI, por razones laborales –y coyunturales-  al PAN. Será un verdadero prodigio observar, primero, los equilibrios para cruzar el pantano sin mancha y después, la metamorfosis de Mendoza Davis del panismo funcional al priismo hereditario, dirección que sugieren el pedigrí y el futurismo imperante. Fenómeno posible en un estado donde el trasiego de personajes y partidos llega a ser surrealista. Solo falta saber las artimañas y tretas de las que se valdrá el mundillo político para conseguir la transformación. También será relevante observar en los próximos años, los movimientos del funcionario Mendoza Davis, tendientes a nutrir esa candidatura.

El otro funcionario fuertemente discutido es sin duda, José Antonio Ramírez Gómez, quien repite en la Secretaría de Finanzas después de haber servido en el sexenio de Narciso Agúndez. El tópico más cuestionado por partidos y sociedad en general del gobierno agundista, es por esta razón que es poco explicable, desde la óptica del ciudadano común y corriente, las razones que tuvo Covarrubias para ratificar sus servicios.
Es claro que Ramírez Gómez apoyó la candidatura de Covarrubias en la campaña electoral; los perredistas reprochaban a Narciso Agúndez la libertad y el desparpajo con el que su secretario de finanzas hacía equipo con Covarrubias en campaña, incluso se hablaba del uso de dineros del erario que alimentaban ese neopanismo emergente. Con este respaldo, se estaría sellando –en apariencia- una negociación de no agresión entre Covarrubias- Agúndez.

Por otra parte, el gobernador y asesores sabían que tenía que pagar un alto costo político con la ratificación de Ramírez Gómez, por eso, tal inclusión en el gabinete lleva a preguntarse las poderosísimas razones que tuvo el gobernador para mantenerlo en el cargo. En estos cien días, es quizás la crítica mas constante, la más frecuente que se le hace al nuevo gobierno. Tal cuestionamiento es causa de una acelerada pérdida de confianza en el gobierno de Covarrubias.

La ciudadanía, en las urnas demostró un rechazo absoluto al gobierno de Agúndez, eso fue evidente, entonces, no se entienden las razones para incluir no solo a Ramírez Gómez en el primer círculo, sino también otros funcionarios identificados con la administración anterior.

Varios secretarios han sido nombrados por obvias cuotas al PAN, una especie de derecho de peaje; un tributo a la partidocracia. Otros, sin experiencia, sin antecedentes laborales en los rubros nominados; algunos de los que solo se conoce su amistad, su infancia compartida, el paisanaje; la camaradería de banquillo como razón suficiente.

Actitudes. Las primeras acciones del Gobernador que llegaron a los medios de comunicación, fueron los recorridos afanosos de ministerios del gobierno federal en busca de planes, programas y ayudas. Después, ha emprendido un incansable peregrinar, ahora por el Estado. Aprovecha así Covarrubias, lo que mejor sabe hacer, comunicarse con el hombre común de la calle. Parece sentirse a sus anchas al aire libre; en cambio, prisionero, perdido en el trajín de la oficina.
El rancheo,  ha sido una de las características sobresalientes en estos cien días. Visitas a comunidades alejadas de la capital con el objeto de llevar algún tipo de asistencia, desde artículos de primera necesidad, hasta apoyos a la agricultura, ganadería, pesca o promesas de cumplir las promesas incumplidas de otros gobiernos. Algunas acciones parecen mínimas, otras que no requerían el concurso del gobernador, sin embargo, es información que llena los espacios comunicacionales que proviene del interior del gobierno. Los beneficiados agradecen al gobernador y el ogro filantrópico parece más vivo que nunca.

Es probable que a falta de grandes realizaciones, de noticias de primera plana, de anuncios grandiosos, “el rancheo” se haya convertido en una estrategia dirigida a frenar la pérdida de credibilidad acelerada que ha provocado los tropiezos en la conformación del gabinete, la falta de un plan maestro de desarrollo y la lentitud que se aprecia en el arranque del gobierno.

A diferencia de otros gobiernos, en los que la Primera Dama jugó un papel marginal, en el gobierno de Covarrubias, la llamada Primera Dama gusta de involucrarse en las funciones del DIF, de hablar en público y mostrar, con su trabajo constante, el apoyo a las acciones gubernamentales. Una actitud congruente con uno de los aspectos centrales de su campaña: el apoyo de la familia, la unión familiar como virtud indiscutible de la sociedad.

La personal forma de gobernar. Si bien cien días es un lapso corto para apreciarla, también es cierto que el gobernador está viviendo momentos difíciles, extraordinarios que, quizás lo han forzado a tomar una serie de decisiones incongruentes con su manera de ser. Su entrada a las grandes ligas de la política ha recibido un bautizo de fuego que obliga a conductas, también extraordinarias.

Coordinado en asesorías por familiares cercanos, repite la actitud de los anteriores gobernadores de colocar a su hermano en el mirador político; repite esa costumbre sudcaliforniana de involucrar a la familia en el ejercicio de gobierno.

Encrucijada. Es fácil entender la encrucijada en la que se encuentra el gobernador Covarrubias. Ha recibido un gobierno en malas condiciones: endeudado y sin mayores posibilidades de conseguir créditos para emprender proyectos grandiosos. Depende pues, de la buena voluntad de la federación.
Por otro lado, una ciudadanía que empieza a cuestionar sus ligas con la administración agundista, a la que no puede responder porque mantiene en su seno al artífice de las finanzas de ese gobierno. Un gobernador que parece acotado por sus propios compromisos, a quien, incluso, desde la oposición empiezan a desestimar su autoridad al frente del ejecutivo. Con la situación financiera del Estado en el candelero, la sociedad, su masa crítica, mantiene sus antenas sobre el asunto financiero más que en lo político. El lunar en el que se ha convertido la secretaría de finanzas para el gobierno lo entienden muy bien el gobernador y sus asesores, pero también entienden que hay poderosas razones para su permanencia. La preocupación reside en esas poderosas razones que evitan su despido y aumenta el desgaste de un gobierno con apenas, cien días.

No puede culpar de su parálisis, de su lentitud, a la administración pasada; no puede ni siquiera aclarar para el público que lo exige, las cuentas del estado: el monto de la deuda, el precio de ésta, los compromisos; pasivos y activos; es decir, un balance general con pelos y señales sin poner en evidencia los manejos de Agúndez, es decir, de su propio secretario de finanzas.

La única respuesta ha sido una demanda contra el ex gobernador que, por cierto, la opinión generalizada la tomó como juegos de artificios; dicha demanda no tuvo la mayor credibilidad y en efecto, fue catalogada como una manera muy ligera de aplacar a la opinión pública y comentocracia que insiste en el poder compartido: una máxima política ineludible. Las mas de las veces deletéreo tanto para el gobernante como para sus gobernados.

Quizás existe –desde el gobierno estatal- una gran confianza en el llamado bono democrático, esa confianza que comúnmente la sociedad otorga al gobierno que inicia labores; confianza en los dones carismáticos, en la proverbial flema sudcaliforniana. Cierto que tal bono es limitado; que el carisma del candidato no se traslada al gobernante y que la flema sudca es, cada vez más espesa.